El día de ayer, Brozo comentaba en su Programa “Tenebrozo”, que el gobierno pretende instituir al “Banco del Bienestar”, (no sé si este exista como Institución Bancaria registrada ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores), instituirlo decía, como el único autorizado para recibir y distribuir las remesas que llegan de los EE.UU. enviadas por nuestros paisanos que se fueron a perseguir el llamado “Sueño Americano” en ese país porque acá en el nuestro las oportunidades se les negaron, lo que hace inexplicable el “Sueño Mexicano” de cientos o miles de hermanos centro y sudamericanos, así como un buen número de Europeos, Asiáticos y africanos que llegan a nuestro país porque dicen que México les encanta porque acá se les han abierto todas las puertas por ser un país de oportunidades.

Pero el tema de hoy son las remesas y en ese sentido se inscribe el comentario de “Brozo”, quien añade que con esto el gobierno pretende entregar esos recursos a las familias como si de una dádiva gubernamental se tratara; lo cual suena exagerado y hasta irrisorio porque parecería imposible que los familiares de los migrantes llegaran a confundir de dónde viene el dinero y empezaran a agradecerlo a AMLO simplemente porque los envíos de remesas siempre vienen precedidos de llamadas o mensajes entre emisor (el migrante) y receptor (el familiar en México) donde le dicen Mamá, papá o mujer: ahí te estoy depositando tantos dólares para la comida y un extra para las medicinas que no les ha dado el IMSS, ISSSTE, INSABI; etc. Así que sería muy difícil para el gobierno establecer una narrativa de: “aquí te manda esto AMLO”. Sin embargo, hemos visto pasar tantas cosas inverosímiles que ya nada nos podría sorprender.

Veamos, así como se les llenó el ojo a lo<s de la 4T cuando vieron los miles de millones de los Fideicomisos y decidieron desaparecerlos para quedarse con esa lana para aplicarla a los fines que al Presidente se le antojaran, bien podrían estar maquinando la forma de hacerse con los 50 mil millones de dólares anuales de las remesas ya que como dicen en mi tierra “la ignorancia es atrevida” y en este caso la ignorancia estriba en que en el régimen no han entendido que no son todopoderosos y que el dinero privado es sagrado.

Más allá de que hoy podamos abordar este tema con humor,  ya sea con chistes, comentarios mordaces, caricaturas o con memes, lo cierto es que una hipotética acción de esa naturaleza sería extremadamente peligrosa porque significaría meterse con la comida y la salud de los mexicanos y después de pasar por una crisis política y constitucional, acciones como esta podrían llevarnos a una crisis social de las dimensiones de la Revolución de 1910, con la virtual destrucción de las instituciones y el orden público que ocasiona  una guerra entre hermanos, y ahí si que es de pensarse pues meterse con el dinero de los pobres, a quienes tanto usan como bandera, podría traer como resultado una revuelta como la anteriormente descrita.

Finalmente es de reconocer que AMLO y su camarilla están protegidos pues ante un escenario catastrófico les quedaría la opción de “abordar el Ipiranga” exiliándose en Cuba, Venezuela o Nicaragua como en su momento hizo Porfirio Díaz cuando dejó el país incendiado para huir a Francia, recordemos el “afrancesamiento” del régimen de Díaz, quien como toro bravo hizo salir su querencia natural y, en este caso, la “cubanización” del régimen de AMLO, lo llevaría a emigrar ahí donde los acogerían muy bien, como héroes de la Revolución, tal como acogieron, en su momento, al psicópata asesino Ernesto Guevara.

Cualquiera podría decirme que estoy exagerando pues ya se metieron con la salud desapareciendo el Seguro Popular y con el ingreso de los mexicanos al no respaldar ni promover las inversiones que generan riqueza y empleo y nada pasó. Pero es de razonar que todo tiene un límite y creo que el único detonante que, ante la impasividad y/o cobardía de los que nos quedamos, haría que regresaran al país millones de compatriotas que se han exiliado en USA para venir a recobrar lo suyo, sería cuando el gobierno se hubiere quedado con la lana de sus padres, hijos y mujeres que dejaron acá con la esperanza de regresar con un patrimonio que les permita mirar al futuro con esperanza, esperanza que poco a poco se ha venido perdiendo acá. Y sí, tal vez ya dejé volar mucho mi imaginación y “exagero la nota roja” pero, en mi defensa diré que, después de haber visto tanta barbaridad en el presente sexenio ya cualquier cosa nos podemos esperar. ¡ruego a Dios que nos libre de semejante destino!