Hace unos años cambiaron, sin atender a la ciencia y recomendaciones de expertos, los trenes que habrían de circular por la Línea 12 del Metro de la CDMX, con lo que al pasar de llantas neumáticas a ruedas de hierro, ocasionaron, con el paso del tiempo, vibraciones que fueron deteriorando las vías y los soportes de los puentes, por los que pasaba el Convoy del Metro, pues buena parte de la Línea es al aire libre y elevada, lo que aunado a la falta de mantenimiento de la Línea, ocasionaron hace exactamente un año la caída del convoy con el funesto resultado  de 26 personas fallecidas y cerca de 100 heridos.

Al respecto cuando se preguntó a la Directora del STC, ¿por qué tiene un año sin un Subdirector de Mantenimiento? esta solo atinó a balbucear: “pero…si… yo solo soy la Directora del Metro”, como si esto la excluyera de toda responsabilidad por lo que ocurra en el Sistema. Es de reconocer que en el marco de esta larga cadena de desafortunadas decisiones tanto de Ebrard, de Mario Delgado, de Serranía e incluso de Sheinbaum que pauperizó el presupuesto de mantenimiento del Metro, el único que se atrevió a parar por cerca de un año la operación de la Línea 12 con la finalidad de realizar las reparaciones que, en su momento, eran necesarias fue Miguel Ángel Mancera, con lo que es el único que tiene una cierta  fuerza moral para opinar sobre toda esta desgracia.

Hoy en día han sucedido 2 cosas que nos provocan la reflexión sobre: ¿Por qué parece que el régimen no aprendió nada con la caída de la Línea 12? Cuando vemos por un lado el rechazo y descalificación de la Sheinbaum del reporte sobre las causas raíz del fatal accidente, estudio que ella misma encargó “con bombo y platillo“ a una prestigiada empresa Noruega de análisis de Riesgos cuyas siglas son DNV y por otro que el régimen ha cambiado los protocolos de navegación aérea en el Valle de México, nuevamente menospreciando a la ciencia y a los expertos, y, para colmo no habiendo capacitado a conciencia a los Controladores aéreos tanto del “Benito Juárez” como del aeródromo o “aeromuerto” “Felipe Ángeles”, por lo que es de esperar, que no de desear, Dios quiera y no pase, que en breve los incidentes lleguen a hacerse cada vez más comunes, como reportan ya la Asociación Mundial de Pilotos Aviadores y la Sindical de nuestro país, y luego se generen funestos accidentes provocados por la desidia, incompetencia, incapacidad y falta de empatía del régimen con las probables futuras víctimas, tal como sucede con los periodistas asesinados, con los fallecidos por COVID, con los niños con cáncer, con los abatidos por el crimen organizado, etc.

En concordancia con lo anterior es de observar que el pretexto de la 4T de que la culpa la tiene el pasado, los conservadores y/o los Neoliberales, hace rato que ha perdido vigencia pues a 3 años de la llegada de este gobierno, ese pretexto es ya insostenible, particularmente en el caso de la Línea 12 cuando todos sabemos que el  culpable del pasado  está entre ellos mismos.

Por todo lo anterior podemos concluir que , en el caso de los incidentes en el espacio aéreo de la CDMX, el gobierno se ha puesto nuevamente en “modo negación” y como sabemos de antemano que no tienen ni tendrán la voluntad de corregir sino únicamente de poner pretextos, descalificar a los pilotos y de echar culpas a otros, antes que esperarse a tener un trágico accidente , la prudencia debe caber en la aerolíneas para decidir dejar de volar a la CDMX, decisión estrechamente ligada al inconveniente que resulta tener que pagar primas de seguro altísimas o la cancelación misma de los contratos con las aseguradoras,  sin los que les sería imposible operar.

Así las cosas me parece que sería una pésima idea ignorar los reportes de los pilotos y descalificarlos llamándolos exagerados, complotistas o agentes al servicio del Imperio yanqui, cuando todos sabemos que estando de por medio la vida y seguridad de pasajeros y tripulaciones no puede existir el pretexto de la exageración sino únicamente las acciones de prevención y previsión.

Por último es de recordar el accidente catastrófico donde perdió la vida el Secretario de Gobernación Calderonista Juan Camilo Mouriño, cuyo pequeño Lear Jet 35 de la Fuerza aérea mexicana se desplomó en plena CDMX  sobre la Av. FFCC de Cuernavaca cuando, perfilado para aterrizar en el “Benito Juárez” atrás de un enorme 737, de una aerolínea que opera en la CDMX, por  la cercanía con el que venía adelante, la turbulencia creada por la estela que venía dejando el gigantesco aparato, provocó la ida a pique de la pequeña aeronave pues no le dio la máquina para irse al aire , quedando destrozado el pequeño Lear Jet en plena calle y sus pasajeros y tripulantes muertos todos en el acto, de ahí  la relevancia del manejo del espacio aéreo con estrictas medidas de seguridad y protocolos reconocidos y acatados por todos, Pilotos, Controladores Aéreos y personal de las aerolíneas todos capacitados a conciencia y con una altísima providad , experiencia y capacidad para resolver cualquier incidente que se presente , sin omitir un solo paso del protocolo para seguridad de los pasajeros y transeúntes en las calles de las ciudades.

Cuando os hermanos Wright inventaron el avión, el único riesgo que había era que se desplomara pues las colisiones en el aire eran imposibles ya que el único avión que existía era el suyo, hoy en día vuelan en el mundo cientos de miles de aviones de muy diversos tamaños, de ahí la necesidad de contar con Controladores aéreos súper capaces.

Ojalá que el gobierno atienda con diligencia todos los reportes de incidentes. Pues nada sería más deseable que la operación del ”Benito Juárez”, el de Toluca y el “Felipe Ángeles” pudiera realizarse siempre sin contratiempo alguno, ¡Que así sea!