TODO hace suponer que la dirigencia nacional del partido revolucionario institucional encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas, permanecerá hasta en tanto no se den las condiciones políticas necesarias para una verdadera reestructuración interna. Fue, al parecer, una decisión prudente de los ex presidentes del partido, tomada con cierta inteligencia, luego de que se dieran movimientos políticos internos que demandaban, de inmediato, la remoción del político campechano.

Cierto es que el PRI, ha venido padeciendo una grave crisis política al exterior en todo el país, pero también es cierto que los grupos políticos que operan dentro, no hicieron lo suficiente como para apoyar a los dirigentes, tanto nacionales como estatales, lo que, en conjunto, las culpas tendrían que repartirse entre todos los actores políticos y esa parece, se insiste, ser la mejor reflexión que se haya hecho durante la reunión de los dirigentes con las diversas corrientes políticas que se mueven en el interior de este partido.

Lo que ha movido siempre al tricolor, es su capacidad de unidad, de disciplina política que lo mantuvo por muchas décadas en el poder, por lo que es tiempo de volver a trabajar en este aspecto, antes que de manera precipitada pedir las cabezas de los dirigentes, en actos irreflexivos de la noche a la mañana, lo que traería como consecuencia inmediata que bien o mal no estuvieran preparados para los compromisos políticos electorales que se encuentran a la vista en el escenario político nacional.

Hicieron bien los ex presidentes, no todos, desde luego, de tomar las cosas con calma y mantener quietos a todos los militantes priistas, para qué con un tanto de paciencia, otro tanto de prudencia y disponiendo de toda la inteligencia de quienes despertaron, por fin, el letargo partidista del PRI, hacer las cosas con más análisis y atender las prioridades políticas que ya se encuentran a la vuelta de la esquina.

El PRI, tiene que tomar las cosas con calma y no ver la permanencia de sus actuales líderes, como un tropiezo político de quienes intentaban o intentan, todavía, convocar a una insurrección interna, cuando lo más conveniente es procurar unirse para enfrentar los retos de los nuevos procesos electorales. Una renovación de los cuadros políticos de la dirigencia, es buena, indudablemente, pero no en este momento y de manera acelerada.

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GUTIÉRREZ LUNA, DE LA MANO CON ADÁN.

PARECE QUE EL ASPIRANTE, porque lo es, a la gubernatura del Estado de Veracruz, Sergio Gutiérrez Luna, ya se tomó de la mano de Adán Augusto López Hernández, y juntos se identificaron para emprender la tarea política que les corresponde en cada uno de los ámbitos políticos a los cuales pretenden llegar. Sabe el político de Minatitlán, que la decisión del presidente de la república, puede estar por este lado y ya tomó partido desde ahora, con lo que se van configurando las estrategias políticas que se requieren para tomar el rumbo hacia el dos mil veinticuatro.

Y es que poco a poco se van definiendo las cosas dentro de Morena, por lo que los últimos acontecimientos políticos van mostrando por donde viene la solución a la candidatura, que como ya hemos comentado en varias ocasiones, no es por el lado de Claudia Sheinbaum, sino por el que representa actualmente el secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández, es decir, ni siquiera por el carnal Marcelo, que si bien las encuestas lo sitúan en primer lugar, el presidente sabe que puede ganar, de acuerdo a las circunstancias que se presentan en este momento, con cualquiera de los personajes que ha destapado con tiempo, aunque no en forma.

Gutiérrez Luna, por su parte, encontró el apoyo suficiente de quien puede y es casi seguro que resulte ser el candidato presidenciable, por lo que no lo pensó dos veces y se ha unido a este proyecto político.

Sin embargo, falta saber si la fuerza política que ha adquirido Gutiérrez Luna, le alcanza para su aspiración, porque su presencia política depende, en gran parte, del puesto que detenta en la diputación federal.

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¿Y QUÉ PASA EN VERACRUZ?

LOCALMENTE, ALGUNOS PERSONAJES, no se dejan llevar tan fácilmente por el canto de las sirenas y parecen dedicar su tiempo al trabajo, qué en última instancia, es la mejor presentación política y la mejor carta que los pueda avalar. Por eso, uno de los más connotados políticos avalados por Morena, prefieren atender su propio quehacer público, como es el caso de Ricardo Ahued Bardahuill, que sabiéndose involucrado en la sucesión gubernamental, ha decidido ponerse a las ordenes de los xalapeños, donde desempeña una labor importante para solucionar los problemas de la sociedad.

Ayer, por ejemplo, en audiencia pública, con vecinos de Nuevo Xalapa, el alcalde instruyó a los responsables de las diversas áreas relacionadas con los servicios municipales a que realicen una visita de supervisión en esta zona, con el fin de recabar las necesidades de la población y generar un inventario del personal, material y equipo necesario para brindar toda la atención posible.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.