Cifras demasiado optimistas, sobre todo la del crecimiento económico, puesto que a la fecha, el crecimiento económico para este año se espera apenas llegue al 2% y una inflación que merma los esfuerzos productivos. Además de que el Banco Mundial -e inclusive el Banco de México- ha estimado para México un crecimiento del orden del 1.2%, es decir ni siquiera parecido a lo que se estimó y aprobó en la Ley de Ingresos del próximo año.
Sin embargo, y con todo y eso, los diputados aprobaron esta mañana de este viernes 21 de octubre, la Ley de Ingresos 2023 con 266 votos a favor, 212 votos en contra y cero abstenciones.
Es decir, solo votaron 478 diputados federales de 500 que son. Los demás andan de paseo, están comisionados o tendrán algún otro pretexto, pero el hecho es que no están donde deben estar.
Si bien esta Ley de Ingresos no contempla el aumento de impuestos, sí se debe destacar que para cubrir el déficit financiero de lo que se piensa gastar el Gobierno Federal, a pesar los reiterados anuncios y ofrecimientos del presidente, para el próximo año SÍ habrá un endeudamiento hasta por UN BILLÓN 170 mil millones de pesos.
Lo aprobado por los diputados faculta a PEMEX a contratar deuda interna hasta por 27 mil 068.4 mdp y externa hasta por 142.2 mdd.
A la CFE se le autorizó contratar créditos internos hasta por 12 mil 750 millones de dólares y externos por 397 mdd.
Y al Gobierno de la CDMX créditos internos por 3 mil mdp para obras en el 2023.
Ahora bien, ¿De dónde saldrán los recursos para poder gastar tanto dinero aparte de la deuda pública? De los impuestos, derechos, productos y aprovechamientos que pagamos los mexicanos, así como por los servicios que utilizamos como el pago de casetas, pasaportes, permisos, concesiones de servicios, negocios, y todo lo que el gobierno nos vende a precios de mercado.
Es decir, la carga de esos fabulosos ingresos caerá en las espaldas de los socios silenciosos del gobierno, los que producen, los que invierten y pagan impuestos sobre la renta que en suma ya casi llegan al 40 por ciento de sus utilidades.
El tema es digno de análisis por parte de la sociedad y los estudiosos serios de economía, pues está visto que a los señores diputados que aprobaron la Ley a que me refiero, eso no se les da.
Cualquiera que esté medianamente relacionado con la economía, la política económica, fiscal y monetaria, así como en la planeación podrá decir, a ojo, que la Ley aprobada quedó pendiente de alfileres y que difícilmente era lo más adecuado.
Ahí dejo el reto a mis colegas economistas y analistas políticos de asuntos económicos.
Sígame en @frlicona |