Manuel Espino Barrientos, excomisionado del Servicio de Protección Federal de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en la 4T, exdirigente nacional del PAN, empresario, y actual líder nacional de Ruta 5, sostuvo en el Foro Internacional de Seguridad y justicia por un México mejor, que se lleva a cabo en el Senado de la República, que el Gobierno mexicano DEBE buscar un pacto con los jefes del crimen organizado.
El Foro fue convocado por la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, la Asociación de Egresados de la Academia Nacional del FBI, la Asociación Libertad y Justicia y el Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia.
Del panel de especialistas destacaron, entre otros: Juan Raúl Gutiérrez Zaragoza, presidente de la Asociación de Egresados de la Academia Nacional del FBI Grupo México; Jorge Arturo Fernández Herrera, rector fundador del Instituto Mexicano de Líderes de Excelencia; Francisco Javier Fernández Tovar, presidente de la Asociación Libertad y Justicia; Edgar Nieves Osornio, de la fiscalía general de Justicia de la CDMX; Laura Angelina Borbolla Moreno, subprocuradora de Procesos en la fiscalía general de Justicia de la CDMX; Marco Antonio Muñoz, quien participó por el Centro Jurídico Universitario.
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Todos ellos, muy cuidadosos de lo que dijeron, se pronunciaron por reconocer que en el país hay mucho por mejorar, pero aseguraron también que se va por buen camino, ya que el número de homicidios han disminuido. Hablaron de que se deben sumar voluntades, de ser empáticos con las víctimas de delitos, favorecer a las víctimas, de ser justos con los imputados. Otros más aseguraron que no se puede combatir la inseguridad con un sistema de política criminal, ya que el problema es multifactorial, es decir, responde a cuestiones económicas, políticas, sociales y jurídicas.
Sin embargo, el que alborotó al país por su inesperada propuesta fue el excomisionado del Servicio de Protección Federal de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana en la 4T, al afirmar que se debe tener un pacto con el crimen organizado puesto que históricamente no pocos han satanizado el tema y en reiteradas ocasiones se han acusado severamente a gobiernos anteriores de haber tenido ese tipo de pactos.
Ahí fue donde las orejas y antenas nacionales se arquearon, torcieron y levantaron, para de inmediato abrirse el debate nacional en torno al ardiente e intocable tema de pactos negros con el crimen organizado. Desde luego el tema será pasto seco para un acalorado debate nacional, en el que cada quién, de acuerdo a sus intereses, le agregará supuestos políticos más para ganar clientela política que por mejorar la seguridad pública en el país, como ha sido ya el caso del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, que ya se encargó de tirar la primera piedra.
“Lo que yo vengo a plantear es que nos abramos a la posibilidad de los acuerdos. No de cualquier manera, no con cualquiera, y que no materialice los acuerdos tampoco cualquiera, que acepto, consentir, que para conseguir un bien mayor, consiento un mal menor; pero que me ayude a resolver lo peor, acepto un mal menor, y aquí tal vez un mal menor que habría que aceptar, pues es dialogar y acordar con ellos -si se puede-, atendiendo sus intereses también -que los tienen-. Dos, es aceptar la propuesta, se reduce a aceptar la posibilidad de acordar con ellos. Yo le dije al secretario de Gobernación que la propuesta que puse en sus manos, voy a buscar la manera de hacerla llegar a alguno de los grupos del crimen organizado en México y logré hacerla llegar, y solamente recibí respuesta de dos: si esto se hace en México, entramos”.
Se exponen aquí las palabras íntegras de lo que dijo Manuel Espino con el fin de que al tenor del debate que viene, se contrasten las posturas ante lo que dijo y no dijo Espino acerca del pacto con el crimen organizado.
Y es que si bien esa propuesta, que según Manuel Espino Barrientos ha propuesto en otros países, no había causado tanta polémica en México, ahora que lo expuso en el Senado de la República sí ha levantado toda clase de reacciones, sobre todo políticas.
Desde luego, que las piezas angulares estarán presentes en el debate nacional que viene, tendrá como aristas clave algunas interrogantes surgidas a raíz de lo dicho por Manuel Espino, como: ¿A título de qué y con autorización de quién, inició Manuel Espino los contactos que mencionó?; ¿Hasta qué punto avanzaron las negociaciones?; Si no prosperaron ¿Quién frenó las negociaciones?; ¿Qué ofreció Manuel Espino en la mesa para negociar? Pero, sobre todo, plantearse seriamente si es una posibilidad real y si es factible, cuando menos, plantearlo seriamente.
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