Es un asunto contra una negativa ficta recaída en escrito presentado el 31 de marzo de 2016, ante el secretario de Infraestructura y Obras Públicas del Estado de Veracruz, mediante el cual el ocurrente solicitó el reconocimiento del adeudo y requerimiento de pago por la cantidad de $12 millones 790 mil 137 pesos con 11 centavos, por la ejecución de trabajos en la obra de rehabilitación de un camino.
La sentencia fue emitida el 19 de junio de 2019, donde se resuelve declarar la nulidad de la resolución negativa ficta impugnada y se reconoce el derecho subjetivo de la parte actora a recibir el pago de la cantidad indicada, así como el pago de los gastos financieros que procedan.
No se les pegó la gana a los del gobierno acatar la resolución de pagar y entonces el Tribunal le impuso una multa al gobernador, misma que debería pagar de su peculio. Sin embargo, finalmente la Sala responsable dejó sin efectos la multa impuesta, por lo que el juzgado sobreseyó el juicio de amparo fuera de audiencia constitucional.
Hay otro juicio que está marcado con el número 1289/2022 del Juzgado Décimo Quinto de Distrito, donde le fue concedida la suspensión definitiva al gobernador, contra proveído dictado en los autos del juicio ordinario civil 552/2015-II del índice del Juzgado Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil del Primer Circuito, en el que se ordenó ponerle una multa.
Es decir, que, con estas repetidas comparecencias ante los juzgados nacionales, el mandatario debería estar reconociendo que le han hecho justicia y que debe tenerse confianza en el Poder Judicial Federal.
Pero el asunto es de mucho más fondo. Se trata de dislocar a ese poder, de tomar control absoluto de él para que tanto Cuitláhuac como Andrés Manuel vivan felices en un mundo donde nadie ose molestarlos siquiera con el crujido otoñal de una hojita. |