Después, al pasar los tres contendientes de la etapa final, resultó que dos provenían del PAN, Xóchitl y Santiago, y entonces empezaron a elucubrar que el voto panista se iba a dividir y el priista se iba a sumar por Beatriz, lo que le daba casi un triunfo seguro.
Muchos ex alcaldes, ex diputados, ex secretarios de Estado, ex gobernadores y ex funcionarios de medio pelo y pelo completo del Revolucionario Institucional se empezaron a sentir nuevamente en los cuernos de la gloria y pusieron a trabajar la imaginación para ensayar cómo disfrutarían la fortuna vuelta una hija pródiga.
Peeeero, Santiago Creel renunció a su aspiración y se bajó de la contienda, con lo que quedaron Beatriz y Xóchitl para sumar respectivamente los votos tricolores y blanquiazules. En esa suma, los números favorecen ligeramente a Xóchitl, y los priistas pensaron y piensan que podían remontar el marcador adverso.
Lo que no han contado los valedores del otrora partido aplanadora son los votos ciudadanos, que representan más del 40 por ciento de las firmas registradas y están volcados en favor de la senadora Gálvez Ruiz.
Para todos esos mexicanos sin partido que han visto renacer la esperanza con Xóchitl los partidos no cuentan, y por el contrario son mal vistos, y su voto será el decisivo.
Así que el 3 de septiembre será el primer ensayo triunfal del camino para regresar a través de Xóchitl el gobierno al pueblo, ése que tanto presumió AMLO que lo quería a él… y resultó una más de sus mentiras.
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