De esa manera, el FAM tendrá que postular a cuatro mujeres, cinco hombres, cuatro panistas, cuatro priistas y tal vez un perredista. Y se puede dar el caso de que haya algún candidato promovido desde la sociedad, pero tendría que arroparse a alguno de los tres partidos del FAM.
Ahora mire usted cómo viene la cosa ya en los hechos.
Para la CdMx estaba enderezada Xóchitl Gálvez puesta por el PAN, pero como AMLO nos hizo el favor de subirla a candidata del pueblo para la Presidencia de la República, quedan nuevas opciones. Una, el PAN lleva mano y postula a otra mujer, que podría ser Lía Limón. Dos, el PAN postula a un hombre, por ejemplo Santiago Taboada Cortina, el alcalde actual de Benito Juárez. Tres, el PRI toma la estafeta y propone a Beatriz Paredes.
Los casos posibles son que en la CdMx vaya una mujer panista, un hombre panista o una mujer priista. Y es casi seguro que en Yucatán vaya un hombre panista y en Guanajuato igual porque en esos estados gobiernan los blanquiazules. Si fuera Beatriz para la capital, tendríamos hasta ahí dos panistas hombres y una priista mujer. Y en Puebla encabeza el alcalde panista de la capital del estado, así que ya tenemos tres panistas, tres hombres y una priista mujer. En el armado del sudoku renatista, pareciera que la pieza a acomodar en Veracruz sería ¡una mujer priista!
¿Ya se dio usted cuenta? Si insisten en poner a un hombre del PAN en nuestro estado tendrían que mover a un candidato hombre en otro lugar.
Y así se van moviendo las fichas hasta que llega un punto en el que pareciera que no hay una solución posible. Sin embargo, hay una llave que puede facilitar el tránsito hacia una definición plausible: el método.
Pero eso lo trataré de explicar mañana, con su permiso.
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