Esta es ya una situación real en México, que tiene una baja inflación, control del peso, apertura de nuevas industrias y una inversión inusual en la adquisición de equipos industriales que mejoran cada vez más la competitividad del país.
Sin embargo, lo anterior al parecer la mayoría de los medios de comunicación nacionales, o no lo ven o no lo quieren ver, y han optado por generar una percepción negativa de lo que sucede en el país, en lugar de señalar la realidad. Desde luego, los intereses económicos y políticos están delante y atrás de lo anterior, lo que es legítimo, pero quizá no correcto.
La objetividad debe ser primero y por encima de todo.
Resulta que la inversión privada -el verdadero motor de cualquier economía en el mundo- se ha dinamizado y multiplicado como pocas veces en la historia reciente del país, sin que con lo anterior se quiera decir que se ha llegado a los estándares deseados de desarrollo.
No obstante, según los datos del INEGI, la economía mexicana ha crecido este año por encima de lo previsto, más allá de lo calculado y pronosticado por analistas especializados. Tan solo el INEGI reporta que el 53% de los factores impulsores del crecimiento del país son los relacionados con la inversión. Otro factor que hace ver ese dinamismo de le economía mexicana es que el 44% del consumo nacional es privado, mientras que el del gobierno es apenas del 3%.
Pero lo que siempre se había visto como deseable, sin que se pudiera lograr, es que la inversión privada (¡Sí, la empresarial!) alcanzó ya niveles de ensueño al llegar casi al 90% de la inversión total. Pero lo mejor ha sido que la inversión gubernamental también ha crecido a cerca del 10% debido principalmente a las obras estratégicas del gobierno federal. Y por si fuera poco, en el actual sexenio, los bancos han alcanzado ganancias inesperadas.
El caso es que México, como país, ha sabido aprovechar los cambios y la relocalización industrial que se han desprendido y se desprenderán de China, como lo vio venir José Antonio Reyes González y en lo que sin duda jugará un papel importante en enlace por tierra que se abre en el Istmo y la creación de parques industriales dispuestos para producir y exportar a cualquier parte del mundo.
Aquí cabe una pregunta seria, ¿Es real el divorcio que se anuncia en medios entre el empresariado mexicano y el Gobierno Federal, cuando todos están ganando?
Lo más importante es que Veracruz también se perfila como un protagonista de ese fenómeno de moda conocido como el "nearshoring”.
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