Un buen poeta misanteco, ocurrente con el lenguaje como pocos, decía ayer que la nueva Legislatura veracruzana muestra una cara, mientras que la anterior tenía un carón, y que el Palacio Encantado ahora podrá volver a ser el Palacio Legislativo de [a calle] Encanto.
Ayer por fin Juan Javier Gómez Cazarín entregó la curul, la oficina, el presupuesto, el personal a sus órdenes, la Junta de Coordinación Política y el poder al profesor Esteban Bautista Hernández, diputado por el distrito 26 de Cosoleacaque. El hoy diputado saliente se refugiará en donde pueda para rumiar la pérdida de sus días de gloria (es tan corto el poder y es tan largo el olvido, le hubiera dicho Pablo Neruda si supiera leer buena poesía).
Y ayer mismo empezaron los trabajos en el Congreso estatal, que implican revisar concienzudamente lo que les entregaron y recibieron, y ver si no hay daños ocultos, inventarios perdidos, gastos mañosos y otras lindezas que antes se daban en el ejercicio público y dice el partido oficial que ahora ya no… porque son honestos.
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Ya en el trabajo legislativo propiamente dicho, la flamante mayoría morenista tendrá que trabajar muy duro para enderezar la nave bamboleante de las iniciativas de las legislaturas 65 y 66 y ver qué pueden salvar, remediar, suturar o amputar para que la normalidad parlamentaria, perdida por tantos años como seis, prevalezca de nuevo.
De alguna manera, el diputado Bautista Hernández la tiene fácil, aunque complicada por otra. Fácil, porque el trabajo legislativo de los últimos seis años tuvo tantas deficiencias que cualquier cosa que se haga bien en el Palacio de Encanto, se dará a notar. Complicada… por lo mismo.
Serán pocos, muy poquitos, los opositores, ciertamente, pero hay entre ellos parlamentarios muy experimentados y capaces como Héctor Yunes y Enrique Cambranis, dos mujeres inteligentes como Indira Rosales y Ana Rosa Valdez, dos alfiles importantes de MC que son Adrián Ávila y María Elena Córdoba. Fernando Yunes Márquez, un experto también como representante popular, es una interrogante hasta que veamos los primeros pasos de su actuación camaral.
En Comunicación Social, el buen amigo Guillermo Núñez deja el lugar a un periodista de gran reconocimiento en la plaza, Esaú Valencia Heredia, que llega con prestigio bien ganado, con un notable bagaje curricular y con amistades perennes entre la comunidad periodística, lo que se empezó a notar desde la redacción de los primeros comunicados del Congreso.
Este martes 5 se ha empezado a escribir una historia que es otra historia. Con el beneficio de la duda y el paso inusitado de los días sabremos de qué manera se va forjando esta nueva cámara que va a representar a todos los veracruzanos… a todos.
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