Si en lo que respecta a la administración ha demostrado su músculo, también tiene su buen expertiz en la otra parte importante de la res pública, la del manejo político con los ciudadanos, con los grupos y asociaciones y con los liderazgos. Desde la comuna, don Ricardo consiguió voltear la tortilla y ganar con cierta rapidez la simpatía y la empatía de la población, que en 2022 cuando él asumió como alcalde, estaba alejada del poder público y enojada con sus autoridades cercanas, tan alejadas e insensibles… tan tontas.
Esas virtudes las tomó en cuenta con toda seguridad la ingeniera Nahle García, y más porque en 2023 Ahued era considerado el mejor presidente municipal del país en las encuestas ciudadanas de percepción.
Y la primera Gobernadora de Veracruz ha visto que le resultó su elección, porque el político forjado en Xalapa llegó a hacer la dupla, el 1-2 en el Gobierno del Estado, y ha cumplido con creces la responsabilidad que ella le encomendó.
Quien sea cabeza de un gobierno sabe que necesita de un buen coordinador que sepa manejar lo urgente y lo importante; de un funcionario con sensibilidad para emplear la seda o el hierro en la mejor conveniencia de la gobernabilidad, pero que tenga siempre presente que la violencia es el último recurso que utilizan los inteligentes, porque es el más costoso, y no sólo en lo económico.
La oficina de la Secretaría de Gobierno en el Palacio de Xalapa es un hervidero de mediaciones, de negociaciones, de peticiones. Sin embargo, el orden impera como en un buen almacén en donde el cliente halla lo que busca porque está debidamente acomodado.
Ricardo Ahued ha llegado a llenar el espacio de la utilidad gubernamental después de los seis años de soledad y tristeza del Gobierno anterior.
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