Tras la fatídica señal enviada por el presidente Enrique Peña Nieto en horario estelar, la cual vieron todos los mexicanos, en la que sentencia lapidario que no meterá las manos por ningún gobernador, y que deberán atenerse a la aplicación de la justicia, la Residencia Oficial de Los Pinos fue el escenario para el reencuentro con el gobernador Javier Duarte en el marco de la Segunda Sesión Ordinaria del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.
Aseguran fuentes cercanas a la Oficina de Presidencia que de todos los invitados el que mostraba un verdadero desencajamiento en el rostro era el gobernador de Veracruz, Javier Duarte.
La preocupación es tal afirman, que hasta alopecia comienza a mostrar el mandatario veracruzano, sumado a su ya alarmante pérdida de peso, tras someterse a una rigurosa dieta, con la que intentaron bajar su marcada ansiedad, que canalizaba en grandes ingestas de comida y bebida.
Aun cuando la desvirtuada tarea de informar a los veracruzanos con verdades se esfumo en este gobierno, el mandatario ha continuado con su proclividad a responder al único medio en donde encuentra un escape, a pesar de que en minutos, las respuestas hablan del claro rechazo a su figura y su actuar.
Un ufanado y orgulloso Javier Duarte escribía en su cuenta oficial de Twitter a las 13:18 horas de este jueves, “Me encuentro en Los Pinos, con el Pdte. @EPN, en la 2da. Sesión del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes.”; en una forma patológica por continuar sosteniendo que la relación presidente-gobernador esta mejor que nunca.
A las 16:01 el mandatario estatal señalaba en su cuenta “Un gusto saludar al Pdte. @EPN en el marco de la segunda sesión del #SIPINNA en la Residencia Oficial de Los Pinos.”, anexando a ella una foto en donde se ve que palmea el brazo del mandatario federal.
La intentona frustrada de seguir informando hechos y verdades que no son, lo llevaron más lejos aún, abordado por los medios de comunicación que cubren la fuente, el dignatario estatal minimizó el proceso que inició el PRI en su contra.
Según relata la periodista Erika Hernández del Diario Reforma, Duarte de Ochoa solo señaló, "Lo único que diré es que soy priista, orgullosamente, y que tengo la conciencia muy tranquila", lo que provocó las miradas de los comunicadores presentes que no daban crédito a lo declarado por el gobernante veracruzano.
Y es que medios nacionales han consignado que al interior del PRI Nacional inició un proceso interno contra los Gobernadores de Veracruz, Chihuahua y Quintana Roo, además del ex Mandatario estatal de Nuevo León, a quienes de encontrarlos culpables se podría dar incluso su expulsión del partido.
Aun cuando se sabe que ninguno de los gobernadores señalados por su partido ha sido notificado, la Comisión de Justicia Partidaria que encabeza Fernando Elías Calles prepara los expedientes con el fin de mandar un mensaje contundente, que sirva de acicate para aquellos priistas que piensan que pueden ir por la libre sin tener consecuencias funestas para el partido y en especial para ellos.
Lo grave del encuentro se dio una vez terminado el mismo, cuando llegado el momento por protocolo el presidente de México se despidiera de los asistente, Javier Duarte esperaba prestó la ocasión para expresarle su urgente necesidad de encuentro, de dialogo, el cual no llegó.
Pues afirman quienes tuvieron acceso a la escena que el presidente Peña Nieto le concedió solo cuatro segundos –si leyó bien- cuatro segundos, al gobernador de Veracruz, al que solo le dijo “Que le vaya bien señor Gobernador”.
Los presentes notaron el marcado desprecio presidencial para con Javier Duarte, cuando a los presentes el dedicó intercambio de palabras uno a uno.
La señal al fin llegó, y la sentencia es clara.
Al tiempo.
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