Albert Einstein.
Se vienen las elecciones y los 212 municipios veracruzanos ya están en la discusión y efervescencia para la definición de las planillas que competirán y en lo que hasta ahora se muestra en su conformación se pueden observar muchas de nuestras debilidades políticas, de nuestros rezagos democráticos, de las circunstancias que profundizan la desconfianza social y la descalificación hacia la política.
El reto que enfrentan los diferentes partidos es ofrecer una mejor perspectiva a una sociedad agobiada y confundida entre la esperanza y la indiferencia, la que observa el arribo de candidaturas que poco o nada plantean o que simplemente evidencian la pobreza política que nos define.
Los municipios requieren gobernantes que miren de frente a los problemas, que respondan a la sociedad, que busquen soluciones, que respeten a los ciudadanos, que se comprometan con ejercicios transparentes, eficientes y que rindan cuentas; gobernantes que frente a la crisis, rescaten la energía que sin duda existe en sus poblaciones, la voluntad social que soterrada o manifiesta, requiere liderazgo y dirección.
La vida veracruzana de nuevo se verá en el espejo democrático de la elección de alcaldes, en un momento de nuestra historia política que exige mucho más que un signo partidario, un rostro agradable o nombre conocido, elementos que dicen tienen un peso importante en el momento de los sufragios locales aunque las encuestas arrojan que para la mayoría lo más valorado para emitir un voto son las propuestas, quedando en el aire lo que define una elección.
La profundización de nuestros problemas políticos se muestra por la suma de cinismos en los ejercicios públicos que se identifican como el espacio de lo poco respetable, las noticias de lamentables muestras de juego “político” de personajes que sin recato alguno acuden a registrarse para contender por una responsabilidad pública que desprecian porque no la asumen con el debido respeto ni a sí mismos ni a los electores. Son éstos, ejemplos de la banalización y depreciación de una actividad de representación tan importante como lo es la conformación de un ayuntamiento.
La apuesta de muchos participantes no es trabajar por un ideario o una propuesta de gobierno, sino solo se trata del acomodo de intereses personales, de dar continuidad a intereses facciosos, así se desvela la aspiración por el encargo y la pelea de las candidaturas, mientras que el debate del desarrollo municipal, el diagnóstico para una planeación que permita enfrentar los problemas, queda muy lejos de las prioridades de la mayoría de los candidatos y sus equipos.
Sin definirse aún todas las candidaturas, las que ya se aprecian como seguras muestran que los partidos no entienden que es necesario mejorar la calidad de las propuestas, que se requiere acompañarlas con plataformas serias sobre el trabajo que se pretende desarrollar, pues de lo contrario queda en evidencia que se sigue actuando igual que siempre, por lo que solo podemos esperar que suceda lo que siempre ha sucedido con gobiernos municipales mediocres y desinteresados.
Faltan los días finales para que todos los partidos muestren a sus candidatos y sus propuestas, ojalá se revierta la inercia de continuidad de los viejos usos y costumbres que arropan las ineficiencias y las ignorancias, las que al final del día provocan malos gobiernos para los habitantes de los municipios.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Nuestra solidaridad para el reportero Pablo Rivera por su arbitraria detención y la exigencia de sanciones para los ejecutores que sean más que “usted disculpe”. |