Las cifras son críticas, difíciles de asimilar, estas estadísticas muestran la magnitud de la fragilidad que nos agobia. Veracruz se encuentra postrado frente a la pobreza, la Secretaria de Desarrollo Social del estado, declara que 6 de cada 10 veracruzanos son pobres.
También Veracruz vive con miedo ante la oleada de violencia que se manifiesta en los datos que ofrece el gobernador Yunes y que nos alcanza en la vida cotidiana.
Escuchar a la autoridad decir la verdad es algo a lo que no estamos acostumbrados. Mostrar los datos tal cual existen, tal cual se presentan, es sin duda un claro gesto de rompimiento con la historia de las simulaciones, del maquillaje que escondía o trataba de esconder la descomposición institucional y social.
Somos testigos de la tragedia veracruzana construida palmo a palmo en años de ejercicios públicos y modelos económicos que arrasaron con las fortalezas financieras, productivas, empresariales, gubernamentales y sociales con que contaba Veracruz para crecer y desarrollarse. De manera continua, inescrupulosa y letal, se desmontaron capacidades y se pervirtieron esfuerzos, la puja que nos llevaba al caos no tuvo freno.
Años y posibilidades perdidas por la ambición, la corrupción, la procacidad y la impunidad, garantizando la deconstrucción de sueños y la construcción de pesadillas; alardeo, simulación, sonrisas cínicas. Cloacas hechas por sujetos que en pandillas acrecentaron sus fortunas con nuestro dinero y nuestras esperanzas, arriesgaron nuestras vidas y socavaron nuestro futuro.
Dice el gobernador que los datos presentados es la verdad que no se busca ocultar, es la verdad que merecemos todos y tiene razón. Pero ¿qué haremos los ciudadanos frente a la verdad, si estamos acostumbrados a que nos mientan?
Ante un suceso inédito, queda esperar el alcance anímico social del conocimiento de estos datos, de los conocidos a lo largo de la alternancia y que se presumían en radio bemba los dos últimos sexenios; está por medirse en la opinión pública el impacto de decir la verdad.
Porque cierto que es un paso hacia adelante, pero el bono de la alternancia deberá estar apuntalado también por hechos y estrategias que se concreten con urgencia, construyendo las bases mínimas que recompongan nuestra crítica condición.
La vida veracruzana es de agobios, de agravios que deben ser corregidos, los ejercicios públicos todos deben buscar asumirse en compromisos que sustenten líneas de acción y prácticas que corrijan y enfrenten las innegables condiciones de profunda debilidad.
Las convocatorias que deben lanzar las instituciones a la sociedad para recomponer la credibilidad y ayudar a reconstituir nuestros quebradizos entramados sociales no pueden esperar más, la vía de los hechos supone también la creación de un discurso abierto que haga frente a la suspicacia ciudadana.
El tiempo juega en contra de un ejercicio de gobierno que debe dar resultados en dos años, que debe enfrentar los demonios sueltos. Su capacidad de maniobra es reducida a la luz de las precarias condiciones encontradas, sin embargo los esfuerzos que se realicen podrán dar frutos si son acompañados de una sociedad que logre vencer su individualismo, el miedo y la desconfianza para revertir un presente dislocado.
DE LA BITÁCORA DE LA TÍA QUETA
Hay niveles: no es lo mismo la esposa, cerebro y principal cómplice, que una beneficiada atrevida.
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