Son tiempos de despensas, de apoyos en efe y por adela, de inauguración de obras, aunque no sean propias, de alianzas inconfesables con los traidores del priismo y de poner en línea de fuego todo el arsenal de denuncias de la Fiscalía General en abono a la reprobación ciudadana.
Al grito de Vamos a llenar las cárceles de duartistas (se habla de 300 en la lista rumbo a Pacho), iniciaron los azules la ofensiva final, aunque en los hechos sean puros charales ya que los peces gordos cambiaron impunidad y libertad por dinero y votos.
Paradójicamente el objetivo se alcanzó.
La gente, la ciudadanía, lo que se llama ahora, la sociedad civil, está molesta. Hay irritación y por tanto es previsible que se vuelva a votar con el estómago, con coraje, con repudio, con el grito de ¡Ya basta!
Será un voto de castigo, pero ahora al revés, es decir, contra el gobierno establecido.
Será contra el régimen que encabeza el señor gobernador Miguel Angel Yunes Linares, al incumplir los propósitos fundamentales de empleo, seguridad por la vía del abatimiento del crimen organizado y desarrollo con justicia social.
Será un voto generalizado en contra, tras la decisión del gobernador de heredar a su hijo una gubernatura entregada democráticamente en su favor para superar el rezago social y devolver el juego democrático, pero no para imponer la monarquía en la cuna del liberalismo, cimiente de la lucha contra el imperialismo invasor y espíritu de los dos más importantes movimientos sociales de la república.
Benito Juárez trasladó a Veracruz, por la vía de un gobierno trashumante, la sede de los poderes en su lucha por la monarquía impuesta por los reyes Maximiliano y Carlota.
Hoy imposible pensar en el reinado de Miguel Angel Yunes y su vástago Miguel chico en un formato remasterizado.
Habrá, en efecto, voto de castigo contra el gobierno establecido, pero también contra los gobiernos municipales como el de la capital del estado en donde la ciudadanía de nuevo se confió y entregó a Morena el sufragio con los resultados catastróficos por todos conocidos.
Será, por tanto, también un voto de castigo contra Morena.
Contra sus diputados que siendo mayoría en el congreso estatal jamás supieron ser el contrapeso de un régimen autoritario, simplemente fueron atomizados y jamás tuvieron la capacidad de alianza y la generación de consensos.
En los cuarteles azules y el de Morena hay preocupación… y tienen razón ya que aunado a ello la PGR ya empezó a mostrar el verdadero garrote de la justicia, que no será selectiva.
Va en contra de los saqueadores de Veracruz.
La Fiscalía federal ya mandó dos señales al ordenar a bancos e instituciones financieras congelar las cuentas de Gabriel Deantes y Othón González, colaboradores del anterior gobierno que se enriquecieron de manera desmesurada para terminar entregándose a partidos políticos opositores.
Y lo que viene será de conmoción. Van contra de 61 Duartistas traidores más.
La del primero de julio será, en fin, una votación abrumadoramente mayoritaria que pondrá las cosas en su lugar por más que en los días siguientes los azules y morenos saquen sus mejores armas para destruir al enemigo pretendiendo embarrarlo de lodo duartista, bandera que paradójicamente llevó a la ciudadanía veracruzana a la brutal conclusión de que estábamos mejor cuando estábamos peor.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |