Este domingo arranca la campaña para gobernador del estado. En medio del ruido mediático de las presidenciales y del silencio sepulcral de las campañas de legisladores federales y senadores, una mujer y tres hombres tratarán de hacerse  oír en la entidad veracruzana.

Esperemos que esta campaña se note, se sienta, que suscite discusiones, que nos haga comparar a unos y a otros.

Señora y señores candidatos: por favor, nos vale madre lo que piensen el uno del otro o de la otra.

Por favor, estamos hartos de escuchar necedades y propuestas inviables.

Por favor, no simulen que son pueblo, caen mal y no generan empatía.

Por favor, caminen, ensúciense los zapatos, suden, déjense picar por los mosquitos, viajen por nuestras espantosas carreteras. Hagan tierra, pero de a de veras, no para la foto.

Por favor, vayan a las zonas marginadas, a los pueblos indígenas, conozcan sus carencias de primera mano, vean la pobreza, el hambre, las enfermedades de quienes comen cada tercer día una tortilla y que necesitan incorporarse al desarrollo.

Por favor, sientan la tristeza de los cuatro millones de veracruzanas y veracruzanos pobres, que han perdido la esperanza. Véanlos a los ojos, y lo más importante: escúchenlos.

Por favor, caminen por las terracerías que transitan miles de jóvenes para llegar a sus escuelas, por sus calles sin pavimentar, sin alumbrado público, sin lo básico para vivir con dignidad.

Una vez ahí, atrévanse a pedir el voto.

 Ahí, en la realidad de nuestro estado.  No sólo hay que ir a las cabeceras distritales porque, dicen sus asesores, ahí está el voto. Vayan a donde los necesitan, a los que deberán incluir en sus programas de gobierno.

Todos inician en sus querencias, está bien, pero una vez acabada su fiesta, vayan a conocer y luego a ajustar las propuestas.

Por favor, queremos conocer los diagnósticos y las soluciones. Los qué, cómo y cuándo.

Por favor, respeten a los veracruzanos, hagan campaña de altura, responsable, de convicción.

Por favor, guarden, si pueden, las ansias de poder y cámbienlas por ansias de servir.