Es tal la falta de control, que ahora, colaboradoras del ayuntamiento decidieron ponerle cerradura con llave a baños de mujeres para su uso exclusivo, limitado los de uso público. Digo, no les vayan a salir ronchas. Al respecto han circulado fotos y videos del hecho, que tiene más encabronadas que nunca a las mujeres que trabajan o que acuden a trámites en el palacio municipal.
Y en donde ya de plano mostró su tibieza, fue en el desorganizado maratón que nadie sabe quien organizó ayer domingo y que cerró las principales avenidas de la ciudad.
Solo atinó a emitir un comunicado para avisar del evento y deslindarse diciendo que a ellos no les pidieron permiso ni los involucraron.
No pues sí, ahora resulta que cualquiera puede hacer de esta ciudad un desmadre y el ayuntamiento como el chinito: nomás milando.
Así, entre la incapacidad, la irresponsabilidad y los trucos en época electoral, Xalapa no tiene autoridad, rumbo ni plan.
Siguen aplicando la fácil: de nosotros no depende tránsito ni la policía y le echan la culpa al gobierno estatal.
Pero ni para pelearse le sale el valor, se encanija pero no se atreve a señalar con claridad quien lo fastidia y cómo.
Hipólito puede ser un buen hombre y un buen investigador, pero ha demostrado que eso no es suficiente para gobernar. Para eso se necesitan otras cualidades.
Ese es el resultado de votar con el estómago, sin tener cuidado a quien le entregamos la confianza de guiar nuestros destinos.
No importa el color ni el partido, es momento de que razonemos, dejemos el hígado y veamos con serenidad, quienes son las mejores mujeres y los mejores hombres para que nos gobiernen y legislen por nosotros.
Xalapa es lamentablemente, ejemplo de voto con enojo y esperanza y como esa misma esperanza se desvanece sin remedio a tan solo unos meses, dejándonos si se puede, peor de como estábamos.
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