También los empleados del poder judicial han dicho esta boca es mía y han reclamado espacios dignos para trabajar. Apenas hace unos días, el Magistrado Presidente Edel Álvarez Peña se apersonó en Poza Rica y dialogó de frente con una centena de sus colaboradores, escuchó cada una de las peticiones, aguantó vara y mostró como la construcción de las ciudades judiciales vendrá a resolver este problema.
Edel ha visitado una y otra vez los espacios en los que se imparte la justicia. Es su estilo, siempre lo ha sido. Lo ha hecho como acostumbra, con discreción, sin mucha publicidad.
Y las ciudades judiciales, veinte en total, vendrán a cambiarle el rostro a un poder judicial que había modernizado sus oficinas centrales, pero que había dejado en el rezago al resto del estado.
El pasado 15 de este mes se llevó a cabo la adjudicación de la licitación para la edificación, bajo el esquema de asociación público-privada, por lo que pronto iniciará este proyecto que ha sido atacado y criticado, por los ya sabidos intereses políticos y económicos y por quienes no quieren que el poder judicial sea moderno, eficiente y transparente, porque en el río revuelto, han encontrado su modus vivendi.
Es necesario, al margen de todo el escándalo mediático, que nos detengamos a conocer las buenas noticias. No dejemos que nos arrastre el encono y la división y aprendamos a apreciar lo que si se hace bien. |