El mismo Américo Zúñiga –quien oficialmente gana 39 mil 500 pesos- se despacha, por viáticos y compensaciones, con la cuchara grande mientras empleados de más de 20 años de servicio perciben salarios de 5 mil pesos mensuales.
Luego del primero de julio y tras la sonada derrota, el Partido Revolucionario Institucional anunció importantes medidas de austeridad recortando al 50 por ciento el personal, reduciendo –también en un 50%- los salarios y disponiendo solo de medios turnos a fin de ahorrar luz, agua y servicios de papelería.
Ello dio lugar a que se desatara una algarada de inconformidad entre los trabajadores del PRI quienes no gozan de una relación laboral contractual y no tienen derecho a ninguna prestación asistencial.
Ya desde noviembre del año anterior los trabajadores del PRI hicieron público su malestar, preocupación y enojo.
Decenas de empleados de las oficinas del Comité Directivo Estatal (CDE) denunciaron repetidos retrasos en sus quincenas sin que se les diera más respuesta que debido a la “reducción de las prerrogativas” y las multas impuestas por el Instituto Nacional Electoral era punto más que imposible solventar la regularidad en la nómina.
En esa víspera navideña los empleados del PRI exigieron la renuncia del dirigente Renato Alarcón ante su incapacidad de atender los reclamos laborales.
Hicieron asimismo público el despido de 100 empleados del PRI quien reduce su planta laboral para “ajustarse a las demandas salariales y bonificaciones en favor de las vacas sagradas del PRI”.
Ya para julio de este año, tras la derrota electoral, el dirigente Américo Zúñiga anunció oficina por oficina un recorte del 50 por ciento del personal y de los salarios.
Desde luego respetando acuerdos políticos pactados que favorecían a determinado grupo de colaboradores del primer círculo del CDE y los ex presidentes del PRI, salvo algunos dirigentes del pasado como Amadeo Flores Espinosa y Edel Álvarez Peña.
Ello, al filtrarse entre los empleados del PRI, despertó el enojo y airado reclamo contra Américo quien en las últimas semanas optó por no aparecerse más en las oficinas del vetusto edificio de Ruiz Cortines que ya mismo se observa semiderruido, cual cementerio.
La destacada periodista Claudia Guerrero en agosto del año pasado dio un indicio del enquistamiento salarial de los santones del PRI.
Bajo el título de “Aviadores ganan más sueldo que el propio dirigente del PRI”, revela que en la liga http://priveracruz.mx/fracc-xi/ los sueldos de los empleados del PRI”.
Existe “una larga lista de aviadores, explicando el por qué, el PRI en Veracruz sacrificó a muchos empleados y preserva los grandes dinosaurios, quienes han vivido como rémoras de las prerrogativas, justificando que los recursos no llegan a los grupos seccionales”.
Ahí, en esa nómina aparecen personajes de infausta memoria como Carlos Brito Gómez, quien tiene una plaza de Secretario A y gana $40 mil pesos (otras compensaciones llegan a su bolsillo).
En la misma tesitura se encuentran los ex presidentes del PRI de Acosta Lagunes para acá.
Para el caso del staf de primer nivel del Comité Directivo Estatal los salarios rondan en 35 mil 532 pesos y 50 mil pesos, una “miseria” que obliga ésta élite a nunca asistir a las oficinas del partido pero sí exige al personal a estar en permanente guardia.
Otros datos revelador por la Guerrero descubre al “inútil Marco Antonio del Ángel Arroyo, hijo del líder de los 400 Pueblos, César del Ángel Fuentes, actualmente preso por infinidad de delitos… Marco Antonio del Ángel hasta hace unas semanas percibió un sueldo de $37 mil 601 pesos, por concepto de honorarios, cuando el mismo desnudista afirma estar quebrado y desempleado; otro, Antonio Cobos Herrera (2017), incondicional del diputado federal Jorge Carvallo Delfín, quien percibía $44 mil 744 pesos; uno más es Jesús Vicente Cerecedo Piña (2017), ex funcionario duartista en la Secretaría de Salud de Veracruz, quien percibe el mismo sueldo de $44 mil 744 pesos; así mismo, gana igual cantidad, Hugo Aburto Torres, quien se ha desempeñado como Tesorero en el municipio de Atzalan y Delegado del PRI en Zongolica; con el mismo sueldo, Jessica Jhanet Becerril del Toro, quien laboró en SEDESOL y protegida por otro priista Víctor Rodríguez Gallegos, como se informa en la nota con la liga: https://goo.gl/KkNrb9...”
Esta última lista, que si bien corresponde al año pasado, se ha venido depurando sustituyendo a los personajes, pero manteniendo el nivel salarial.
Así, aunque esta nómina se mantiene en el más celoso de los secretos, ya trascendió provocando una revuelta silenciosa al interior del PRI que en cualquier momento podría estallar.
Por lo pronto Américo Zúñiga ya prepara maletas para irse en noviembre.
A ver a quien le reclaman.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |