LAS MANIFESTACIONES realizadas en la ciudad de México, más en otras ciudades del país, pidiendo la salida de Andrés Manuel López Obrador, de la Presidencia de la República, ya comienzan a preocupar al pueblo de México.
No ha faltado quien afirme que conforme pasa el tiempo, nuestro país se va pareciendo más a Venezuela, por la forma de gobernar y por la escasa atención que se pone a los ciudadanos, creando, un propio estilo de gobernar que se parece, también y en mucho, a una especie de autoritarismo y consecuentemente a un sistema de gobierno dictatorial.
López Obrador, no hace caso a nadie y sus decisiones se basan en criterios personales, reza la inconformidad, aunque éstos, no tengan el fundamento necesario, como ha sucedido en los últimos cinco meses de gobierno y primeros de su sexenio presidencial, donde manifiesta, casi con precisión, que los treinta millones de votos obtenidos en la contienda electoral, le dan la suficiente fuerza y poder para hacer lo que le venga en gana.
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La gente ha comenzado a inconformarse, pero la mayoría, la que formó parte del ejército ciudadano que acudió a las urnas el primero de julio pasado, se esta arrepintiendo y están terminando por aceptar que se equivocaron.
Sin embargo, lo que más preocupa a los mexicanos, en este momento, es que se están tomando decisiones muy serias y peligrosas, como despojar de sus empleos a miles de trabajadores que desde el mes de enero ya no tienen la manera de llevar la subsistencia a sus familias y lo peor de todo es que tales decisiones se han hecho sin pensar, sin reflexionar y con cierta prepotencia que indica una forma de imponer su verdad y solamente más que su verdad.
En Estados de la República, como Veracruz, se está siguiendo la misma política autoritaria y los despidos, como ya lo comentamos en su momento, han dejado también, a miles de familias sin lo más necesario como es la alimentación, la atención de la salud y las mínimas condiciones para poder subsistir en los meses que vienen, independientemente de la crisis económica que azota a todo el país y particularmente a Veracruz, donde se trata de aplicar, sin entenderla correctamente, la estrategia basada en una austeridad, dizque republicana.
Hasta donde se sabe, en las manifestaciones de hace apenas unas horas, no hubo represión, pero se espera que esta reacción tenga lugar en poco tiempo, cuando las inconformidades comiencen a tener mayor fuerza o bien se ponga en peligro la estabilidad del gobierno nacional y de las entidades gobernadas por el partido que ahora se considera en el poder.
Llama la atención que el país haya comenzado a manifestar, de la misma manera, una preocupante división, como esta sucediendo en Venezuela, donde grupos afines al gobierno de Nicolás Maduro, se han enfrentado con los opositores, es decir, aquellos que buscan la salida del nefasto gobernante y poder decidir sobre el futuro de dicha nación, donde, como ya se ha visto, las condiciones son difíciles, tanto, que es la misma población que demanda alimentos y medicinas, las que se han negado en grandes proporciones.
En estos primeros cinco meses del gobierno de López Obrador, se han evaluado sus acciones, pero no deja, ninguna, satisfechos a la mayoría de mexicanos que creyeron en el cambio y en la verdadera transformación del país, luego de que también, gobiernos anteriores saquearon las arcas del erario nacional y estatal de algunas entidades del país, como Veracruz, que aún no se repone de tan lamentables administraciones.
Por ello, no son pocos los que ya se preguntan si en verdad, nuestro país se esta pareciendo a Venezuela, por aquello de las manifestaciones populares que llevan un importante ingrediente como es la inconformidad ante la falta de empleos bien remunerados, la no garantía de una tranquilidad policía y social y por las acciones económicas que están dejando al pueblo de México, sin la oportunidad de crecer y desarrollarse ante estos tiempos en que la crisis esta devastando a las familias en general.
La falta de dinero, de trabajo y de condiciones de seguridad, están generando más violencia y los índices crecen en sus respectivos porcentajes, al grado de que hasta las autoridades ya están pidiendo armarse ante la constante amenaza de la delincuencia que terminará, en poco tiempo, si es que no hay una verdadera atención a este fenómeno social, en una guerra interna, porque también los ciudadanos ya están buscando defenderse por sí solos ante la incapacidad oficial para garantizarles la seguridad, la paz y la tranquilidad.
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JOSE MANUEL POZOS CASTRO, informó recientemente sobre el trabajo legislativo que estuvo a su cargo y cuidado. En un importante documento que dio a conocer durante el inicio del segundo periodo ordinario de sesiones de la legislatura local, puede apreciarse, antes que nada, la preocupación del legislador, por darle un sentido republicano al trabajo desarrollado por la diputación local.
Lo anterior fue basado en el cumplimiento a lo dispuesto por el artículo 46 de la Ley Orgánica del Poder Legislativo, donde, como presidente de la Diputación Permanente, el diputado José Manuel Pozos Castro, dio a conocer el contenido de todas las acciones de trabajo dentro de éste órgano legislativo, que comprende el periodo del 1 de febrero al 30 de abril de este año, en el cual se dio entrada a 26 iniciativas y 339 asuntos de correspondencia.
De hecho, en esta primera sesión ordinaria, los representantes de las diversas fracciones parlamentarias, se comprometieron a continuar trabajando en coordinación para lograr que el Estado, salga adelante, sobre todo, atendiendo el interés general de la entidad.
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TODO PARECE INDICAR QUE los grupos políticos no se ponen de acuerdo para hacer su trabajo y esto se manifiesta en la inconformidad que sigue persistiendo dentro del Partido Revolucionario Institucional, que ante el proceso interno para elegir a su nuevo dirigente, no han faltado quienes sigan pensando que es por el lado de la división política, donde deben estar.
A pocos días de haberse concluido el proceso que llevó al triunfo a Marlon Ramírez, hay, como ya hemos comentado, algunos de los ex candidatos, que no aceptan su derrota y por lo tanto están buscando hacer el ruido necesario para tratar de echar abajo el resultado de la elección.
Es así que ex candidatos como Adolfo Ramírez Arana, se niegan a aceptar la decisión de la militancia y acusan diversas irregularidades en el proceso, quizá, con la esperanza de que haya reposición de esta elección o bien tratar de acomodar a la mayor parte de su gente en puestos clave de la próxima dirigencia estatal.
Así se dan las cosas, aunque con este proceder, lo que se esta haciendo es dividir más al tricolor, pues en lugar de unirse a un solo proyecto político, trata de desestabilizar lo que hasta ahora se ha logrado, que si bien es poco en comparación con lo que se requiere, también es justo mencionar que puede ser el principio de un trabajo que necesita el PRI, para despegar nuevamente en el ámbito político de la entidad.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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