Cuenta alguien que estuvo muy cerca de Javier Duarte en su etapa como gobernador, que aquella administración se derrumbó en el momento en el que no supo (o no quiso, o no pudo) poner freno a las ambiciones de sus colaboradores.
Algunos de ellos habían hecho negocios con el propio Duarte en el sexenio de Fidel Herrera, y en el momento en el que quiso llamarlos al orden, le hicieron ver que él también tenía las manos manchadas.
- Está bien, lo entiendo, pero les encargo que tengan mucho cuidado, que se manejen con mucha discreción. ¡Al que se exponga me lo chingo!
Más o menos así habría sido la capitulación de Javier Duarte.
A partir de ese momento se “formalizó” el saqueo y el propio mandatario estatal decidió ponerse a la cabeza. No fuera a ser que vaciaran las arcas y a él no le tocara nada.
Hoy Cuitláhuac García debe estar muy atento al comportamiento de sus más cercanos colaboradores y debe predicar con el ejemplo. Ninguna acción, ninguna instrucción que vaya en contra de las leyes, ni que atente contra los veracruzanos, pues aquel que se encargue de atender la orden, se sentirá con el derecho de incurrir en las mismas faltas.
Está claro que el nepotismo no está considerado como un delito; vaya, ni siquiera como una falta administrativa, pero incurrir en esa práctica es ir en contra de instrucciones directas (o de “recomendaciones” para no sugerir que hay injerencia del gobierno federal en las autónomas entidades federativas) del propio Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En especial, al hablar de Veracruz, “El Peje” advirtió que en este gobierno no debe suceder lo del bienio recién concluido, que mientras el papá gobernaba, un hijo era alcalde y el otro senador, y al rato uno de ellos fue candidato.
Una de las críticas recurrentes de quienes hoy enarbolan la causa de Morena, fue que los organismos encargados de vigilar que los servidores públicos actuaran con rectitud y honradez, en realidad se dedicaban a “maquillar” las acciones de gobierno, de “borrar las pistas” para que sus superiores no pudieran ser señalados por la Justicia.
Hoy parece estar sucediendo lo mismo.
La Contraloría General del Estado y los Órganos Internos de Control han dedicado todo su esfuerzo en encontrar y documentar las irregularidades en las que incurrieron los gobiernos de Javier Duarte y Miguel Ángel Yunes Linares, pero hasta ahora no han hecho un solo señalamiento acerca del comportamiento errático de los actuales servidores públicos.
Los más altos mandos de la administración estatal deben quitarse de la cabeza la idea de que señalar y procesar a un servidor público del actual gobierno, mancharía a todo su movimiento. Es todo lo contrario: con medidas enérgicas se estaría demostrando que no habrá excepciones al momento de aplicar la Ley.
Bien dicen que “el buen juez por su casa empieza”.
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Epílogo.
Algo que no se puede negar es que a la crisis en Mixtla de Altamirano le está entrando “con todo” el gobierno de Cuitláhuac García. En la mañana de este lunes elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado concentraron a los elementos que integran la Policía Municipal en aquel ayuntamiento, los desarmaron y los trasladaron al cuartel “Heriberto Jara Corona” de Xalapa para someterlos a exámenes de control y confianza. *** Mixtla de Altamirano se ha convertido en un polvorín desde el asesinato de la alcaldesa Maricela Vallejo Orea, en un atentado en el que además murió su esposo y su chofer. El pasado 20 de junio el Gobernador envió al Congreso local un oficio en el que pide la desaparición de poderes en aquel municipio. *** La estrategia tiene como fin acabar con cacicazgos que se han enquistado en la zona serrana de Zongolica.
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