¿Ha disminuido la corrupción entre los servidores públicos? ¿De verdad se acabaron los moches? ¿Va bien el gobierno y las críticas son injustas y sin fundamento? De ser así, en noviembre aportará datos y pruebas de que los críticos están equivocados.
Caerán por su propio peso los rumores de que al cumplir dos años dejará la gubernatura, ocupará un cargo de consolación en el gabinete presidencial y se quedarán con el bate al hombro los mencionados como probables relevos: Rocío Nahle, Ricardo Ahued, Manuel Huerta, Eric Cisneros, Pozos Castro, etcétera. Se apuntan otros sin posibilidades.
Son o parecen meras especulaciones o simples deseos de que se vaya. Aunque en política todo puede suceder. Si la seguridad no mejora en el estado y el gobierno sigue dando tumbos, tal vez sea sustituido o quizás no, como diría el inolvidable Filósofo de Güemez, según lo quieran ver adversarios y simpatizantes.
Retomando el inicio de este comentario, los lectores que censuran y reprueban la gestión de Cuitláhuac García son personas de carne y hueso, que no se dejan manipular y están plenamente identificadas en las redes sociales.
Y por si lo dudan, en las encuestas difundidas a nivel nacional también aparece en los últimos lugares de la lista de gobernadores evaluados por sus gobernados.
Algo tendrá que hacer Cuitláhuac García si de veras le importa recuperar la credibilidad perdida.
|