Lo primero que hice fue comprar 100 ejemplares de su novela, luego me di a la tarea de formar Círculos de lectura entre los clubes juveniles que tenía en los barrios de Iztacalco, integré diez círculos y les repartí la novela y cada tercer día nos reuníamos para estudiar la obra de Mastretta.
EL LUGAR
En uno de los siete barrios había una ermita abandonada que era refugio de alcohólicos y drogadictos, estaba llena de botellas vacías, basura y suciedad, y la mande limpiar y encalar (mal hecho, porque lo que se debía haber hecho era restaurar la pintura original de la ermita) llevamos sillas, una mesa y un atril y el equipo de sonido, hicimos las invitaciones y todo quedo listo. Heriberto Galindo, que era el Director General del Injuve me llamo: Gustavo, espero que todo salga bien, Ángeles es mi amiga, no quiero ni un reclamo.
-No te preocupes -le conteste.
EL EVENTO
La tarde de la presentación la ermita se llenó con todos los jóvenes, pase por Ángeles, autora también de Mujeres de ojos grandes, a su departamento, su esposo Aguilar Camín me dijo:
-No puedo ir pero te la encargo, me saludas a Heriberto.
Cuando llego Ángeles pensó (luego me lo dijo) este evento va a ser un fracaso, pues lo que vio fue un auditorio formado por puros jóvenes y se imaginó que no iban a entender lo que iba a hablar.
Pero cuando termino y los jóvenes, que habían estudiado su novela, empezaron a preguntar, ella se emocionó tanto que estuvo a punto de llorar, y contesto a todos los cuestionamientos.
Julieta Mendívil estaba emocionada de tener de invitada a la autora también de Mal de amores.
Fue una noche memorable.
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