Eran los tiempos románticos de la preparatoria, los jóvenes de aquella época acostumbrábamos llevar serenata a nuestras novias o a las chicas que pretendíamos, ahora esa costumbre se está perdiendo lamentablemente. En una época salíamos todas las noches a cantarle a nuestras amadas y regresábamos a dormir a las tres o cuatro de la mañana, y en nuestro juicio pues no nos llamaba la atención el vino.
Por supuesto que el Día de las Madres les llevábamos serenata a nuestras progenitoras, ese día llegamos a terminar hasta las siete de la mañana.
Las canciones que entonábamos eran las tradicionales de las serenatas : iniciábamos con despierta, dulce amada mía... y después Morenita mía, y luego seguíamos con Tres regalos, La Gloria eres tú, Gema, el rock and rol nunca fue para serenatas, lo que dominaba eran los boleros y alguna que otra balada, como : Tus ojos, la única balada mexicana que cantaban los Locos del Ritmo, Siempre te amaré, que la llegaron a cantar Los Beatles con guitarra de caja, y cerrábamos con: Me despido ya, que duermas tranquila, dulce amada mía.
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Había también las serenatas de decepción en donde se incluía “La Chancla” y otras por el estilo.
En una ocasión, después de un baile en la Preparatoria amenizado por Los Joao, uno de los amigos logró convencer a Armando el cantante de Los Joao para que le llevarán una serenata a una chica que pretendía, no sé cómo consiguió un camión de plataforma en donde subieron los instrumentos y nos encaminamos entusiasmados a la casa de la chica pretendida.
Qué sorpresa se iba a llevar, imagínense una serenata con Los Joao, llegamos al elegante barrio donde vivía la chica y silenciosamente se estacionó el camión, conectaron el órgano a la batería del camión, y bajo la luz de las estrellas, comenzaron a cantar las mejores canciones románticas que tenía el grupo, entre ellas “Noche de luna en Xalapa”, todos esperábamos que se prendiera la ventana del balcón, pero no fue así, el grupo continuó con sus canciones y todos estábamos a la expectativa de que se asomara la chica que pretendía nuestro amigo, pero el balcón continuaba vacío y la luz apagada, le preguntamos a nuestro amigo si no se ha había equivocado de casa, pero no él conocía perfectamente en donde vivía su amiga, nuestro compañero estaba triste y frustrado y después de la tercera ronda decidimos retirarnos.
Estaban desconectando el órgano, cuando llegó un automóvil, y bajo la chica que se despidió de un beso de su acompañante, era la chica que pretendía mi amigo, nadie hizo ningún comentario, partimos en silencio, parece que ni ella se dio cuenta de nuestra presencia. |