El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, usó a Morena, como la plataforma para llegar a la máxima posición política de México. Hay que recordar que este propósito lo venía alimentando el mismo mandatario nacional, desde hace muchos años, pero nunca lo dejaron pasar cuando él quería. En tiempos políticos anteriores, siempre fue atajado por muchos otros personajes de la vida pública de México, por lo que a ese paso vino acumulando un resentimiento personal y político, hasta cierto punto, peligroso. Por eso, antes y después de su campaña por la Presidencia de la República, siempre se le consideró un verdadero peligro para México, porque se sabía de antemano que ya venía con la espada desenvainada, buscando, ansiosamente, la venganza.
López Obrador, pasó por el PRI y tuvo contacto con muchos personajes de la vida publica, pero bien sabía que nadie le permitiría ser lo que él quería, es decir, Presidente de la República.
De ahí que tuvo y pudo fundar una nueva organización política como es Morena, algo parecido a los grandes reactores que impulsan a los cohetes que salen de la atmósfera, es decir, los impulsores que una vez terminado su objetivo, se van quedando en pedazos y cayendo, de manera dispersa en puntos estratégicos de la tierra.
Eso es lo que está pasando con Morena, que una vez, concluido el proceso para impulsar a López Obrador, a la Presidencia de la República, de inmediato comenzó a deshacerse en pedazos, a tal grado de que ahora políticos menores se disputan carroñeramente lo que queda, sin que esto le importe mucho al Presidente, pues él ya salió de la atmósfera, como la nave principal que ahora navega en los espacios libres de la Presidencia, jalando para donde quiere y como quiere, pues ya no necesita de ninguna fuerza que lo impulse para seguir adelante.
Morena, es ahora, una organización política más, que ha perdido el rumbo, porque ya no tiene quien la dirija ni quien la respalde. Morena, tiende a desaparecer, luego de que el gobierno de López Obrador, concluya.
De ahí que, como al principio citamos de que hay quienes piensan que Morena, es el futuro del gobierno del Presidente de la República, más bien se diría que el Gobierno del Presidente López Obrador, es el futuro de Morena, pues en tanto sea Presidente López Obrador, Morena, subsistirá, pero ya no tendrá ninguna fuerza para impulsar, como los cohetes a la nave, a otro u otros políticos que quieran hacer lo mismo que el mismo mandatario nacional, pues esta organización política, volvemos a insistir, nació con un objetivo nada más, es decir, impulsar al político tabasqueño, para llegar a dónde él quería. Después, en pedazos, Morena, comenzar a morir y desaparecer.
Y no tendríamos que ir muy lejos, pues ahora, como ya vemos, los políticos menores se disputan lo que queda de este partido político, pero ya no les servirá de mucho. López Obrador, como los demás Presidentes que México ha tenido, habrá de tomar su rumbo y marginarse, tanto de su gente, como de la vida política nacional. Su edad y su condición probable de una salud quebrantable por el tiempo y el trabajo, por la preocupación de ahora en los asuntos de la vida del país, su andar por los terrenos de la política y por la desesperación de no haber cumplido con sus propios objetivos políticos, lo llevaran, sin duda, al descanso obligatorio y a la saludable lejanía política del gobierno que se quede.
Así son las cosas y así serán siempre, porque todos, de alguna manera, políticos encumbrados y aquellos que hoy son el poder andando, mañana tendrán que pagar las facturas que les correspondan.
López Obrador, logró llegar con el engaño, con las promesas al pueblo, con su forma de ser, que no siempre fue la misma, pues cuentan quienes le conocieron que hasta su forma de hablar cambio, ya que antes era de un discurso fluido, diálogo constante, para convertirse en un político de pausas al hablar y de pocas acciones que contar. Algunos aseguran que la personalidad de López Obrador, fue construida por él mismo. Hay otros que aseguran que ha sufrido enfermedades que hoy le impiden ser ágil en mente y cuerpo, persistiendo ésta última versión por muchos que le conocieron de joven y también por expertos en la medicina actual.
Como quiera que sea, volviendo al tema principal, El Gobierno de López Obrador, no depende de Morena, más bien es este partido quien depende del Gobierno que impulsó.
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CUITLÁHUAC Y SU GOLPE DE TIMÓN
UN DESTACADO personaje, ligado, de alguna manera, a la cuarta transformación, me dijo recientemente:
El Gobernador del Estado, es un buen hombre, pero no lo han dejarlo serlo quienes le rodean.
Y esto parece ser del todo cierto, porque no es él único quien lo dice, sino ya son muchos los personajes, incluso encumbrados en el actual gobierno, quienes han sugerido que Cuitláhuac García Jiménez, debe in tiene que dar el golpe de timón que se requiere para dejar en su gobierno solamente a quienes tienen plena voluntad de hacer bien las cosas.
Este mismo personaje a quien cito sin decir su nombre, asegura que hay muchos asuntos del gobierno que se pueden resolver, sino de la noche a la mañana, sí en poco tiempo y con resultados positivos. Cita como ejemplo, la inseguridad.
De ahí que García Jiménez, no esté solo, es decir, que hay muchos que le quieren ayudar, incluso desde sus propias trincheras, porque no hay necesidad de que les paguen por hacerlo, pues basta con que tengan la confianza de quien manda en Veracruz, para hacer lo que ellos consideran pertinente para lograr sacar de este marasmo a la entidad veracruzana.
Y vaya, que Cuitláhuac García Jiménez, tiene que pensarlo poco, pues le hace falta dar el golpe de timón, para lograr sus propios objetivos. Solo de esta manera se podría salvar de la guadaña que amenaza, este mismo año, por caerle, pues hay quienes alimentan, desde su propio gobierno, su caída, pues saben que podría convenirles.
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CONTRA VIENTO Y MAREA.
A PESAR DE QUE hay muchos elementos, ya probados, en su contra, el Secretario de Salud, se mantiene firme en la silla que ocupa.
Se afirma que la fuerza política de quien lo metió al lado de Cuitláhuac García Jiménez, ha sido más que suficiente para esquivar los golpes que ha recibido de todas partes. Su labor al frente del sector salud, ha sido descalificada y cualquier otro personaje ya hubiera caído estrepitosamente.
Sin embargo, sigue ahí, con todos los problemas encima y sin poderlos resolver, principalmente, en asunto del propio desabasto de medicinas y la nula atención de los enfermos de toda la entidad.
Roberto Ramos Alor, así se llama el Secretario de Salud de Veracruz, y es quien ha sido uno de los integrantes del equipo de Cuitláhuac García Jiménez, que más ha sido criticado dentro y fuera del entorno del propio gobierno del Estado.
¿Será que ni siquiera un golpe de timón lo quiebre?
Si no es así, el mismo Gobernador del Estado, sufrirá las consecuencias.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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