ANTE el panorama económico que se está vislumbrando para el próximo año, el congreso federal, debería, según parecer de muchos economistas y analistas políticos, así como la propia opinión pública, modificar sustancialmente el paquete económico que recientemente fue entregado a la representación popular, con la finalidad de aprobarlo y aplicarlo en el ejercicio presupuestal del año venidero.
Se piensa que los proyectos del gobierno federal, deberían posponerse por un año, cuando menos, o bien que la aplicación de recursos en proyectos no prioritarios sea menor de lo que se está proponiendo para poder disponer de más dinero para enfrentar la grave crisis económica que se presentará, además de que la situación extraordinaria que se está viviendo, exigirá que se atienda, primero, la reactivación económica, luego la atención al problema de salud y los problemas de la inseguridad, así como la creación de empleos para que los mexicanos, en general, tengan la posibilidad de seguir subsistiendo con toda su familia.
No son tiempos de invertir en proyectos como la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucía y el ya famoso tren maya, porque se concentraría en ellos una gran cantidad de recursos que en estos momentos hacen falta para reactivar la economía nacional. Solo hay que imaginarse todo lo que se puede hacer para buscar el crecimiento de este país, el cual dicen que podría ser del 4.6 por ciento, cuando en realidad, no se alcanzaría ni siquiera el uno por ciento, dadas las condiciones en que se mueve actualmente la situación económica del país, pues tan solo la construcción de la refinería se estaría llevando una cantidad de cuarenta y cinco mil millones de pesos, dinero que posiblemente, en otros tiempos sería viable para estos caprichos presidenciales, pero que en la actualidad, se deberían aplicar a grandes programas de gran trascendencia nacional, con la finalidad de rescatar a todos aquellos que han sido afectados directamente por la presencia de la pandemia. Existen miles de pequeños negocios que dejarán de trabajar y por lo tanto de contribuir, así como empresarios que tuvieron que cerrar diversas fuentes de empleo por no tener los recursos necesarios para pagar a sus trabajadores.
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Lo más prudente sería que el próximo año, no se tomaran en cuenta ciertas inversiones en proyectos faraónicos, porque el país no está en condiciones de gastar tanto dinero, cuando se necesita en otros rubros que son necesarios para incentivar a la gente y para trabajar conjuntamente para salvar a México, de su permanente crisis y de lo que pudiera incrementarse para el próximo año.
Al aeropuerto de Santa Lucía, se le están asignando más o menos un cantidad de veintisiete mil millones de pesos, cuando todavía se cuenta con un aeropuerto internacional, que está dando servicios eficientes ante las necesidades de su tiempo, por lo que aguantaría un tiempo más que serviría para continuar, incluso, los estudios de aeronavegación del nuevo proyecto de aeropuerto, para que se tuviera la plena seguridad en sus operaciones, así como en su evaluación general para no esperar que en determinado tiempo, se diga que no funcionará correctamente. Todos estos recursos podrían ser destinados a mejores causas en virtud de las necesidades que se están viviendo, considerando que todavía el problema de salud está pendiente y que no se sabe en qué momento cesará o que se encuentre un medicamente o vacuna que desacelere esta calamidad que azota al mundo. Hay que entender, en este sentido, que también el problema económico global, debido a la misma crisis de salud, pegará definitivamente a la subsistencia económica nacional.
El congreso federal, tiene la última palabra en estas decisiones, pues bien valdría la pena considerar las propuestas que están surgiendo en este sentido, porque es claro que México, se encuentra y se encontrará con una verdadera situación extraordinaria, no vista en las recientes décadas, debido a un problema de salud que ha afectado y que seguirá afectando a todo el mundo.
Entonces, modificar sustancialmente el presupuesto de gastos para el próximo año, podría ser una parte de la solución del grave problema que se aproxima, pues si no se toman precauciones en este sentido, es probable que en poco tiempo el gobierno se tenga que enfrentar a un problema de mayor dimensión como puede ser una cierta rebelión social, porque la pobreza, que ya se incrementó en grandes porcentajes, podría convertirse también en el acicate del pueblo mexicano, para no seguir las reglas y romper con un gobierno que ya se ha expuesto mucho en este sentido y que no aguantaría un movimiento de esta naturaleza, aún cuando el Presidente, ya se haya preparado lo suficiente con el apoyo del ejército, tal y como ya lo estamos viendo, ante un probable caso de insurrección.
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VERACRUZ, SIMPLEMENTE, PARALIZADO.
EN LA ENTIDAD veracruzana, el gobierno que ya tiene casi dos años de administrar sus recursos, no tiene nada que contar en materia de crecimiento. Simplemente, se ha dejado pasar el tiempo, sin que haya un verdadero interés por trabajar eficientemente a favor de todos los gobernados.
Es claro que la administración pública que encabeza Cuitláhuac García Jiménez, se ha encontrado, como tantos otros gobiernos estatales, en serios problemas económicos para salir adelante, sobre todo, en estos tiempos de grandes necesidades de la población, pero a lo que muchos se han referido es que en dos años de gobierno, no haya ni siquiera la intención de procurar realizar una tarea de cierta trascendencia. Así no funciona el cambio.
Además, hay que señalar que el gobierno estatal, se encuentra, desde el momento mismo de iniciar este sexenio, en un serio compromiso con todos los veracruzanos, debido a las expectativas que generó en su campaña y en sus proyectos políticos de transformar a la entidad. No se ve nada, de verdad, que no se ve nada.
Es por eso que la opinión pública, coincide en que Veracruz, simplemente está paralizado, y lo peor de todo es que no se hace nada por responder a las constantes demandas de la población. Hay, por lo tanto, cierto descontento y frustración de los más de ocho millones de habitantes que esperaban mejores condiciones ante la constante promesa de hacer historia en Veracruz, en todos los sentidos.
Lástima, porque Morena y todos sus protagonistas políticos que ahora ocupan sendos puestos en la administración pública estatal, salvo uno que otro, que en su lucha diaria buscan darle sentido a este gobierno, están fallando a los ciudadanos de esta entidad que en determinado momento creyeron en un nuevo porvenir.
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AHUED, DETERMINANTE.
SE ASEGURA EN EL ALTIPLANO que el Senador veracruzano, Ricardo Ahued Bardauill, podría ser determinante en la propuesta de una sustancial modificación al presupuesto, porque él mismo apuesta por atender de manera prioritaria todo lo relacionado con la reactivación económica.
Es claro que no se desentiende de los grandes problemas y necesidades del país, pero también es evidente que México, está pasando por una situación extraordinaria en materia económica, derivada en gran parte de los problemas de salud que se han estado enfrentando.
Ahued, como legislador, podría poner los puntos sobre la íes, sobre todo, por el pleno conocimiento que tiene de la situación económica y de su persistente voluntad para resolver los más grandes problemas de la entidad y del país.
Entonces, mucho hay que esperar en los próximos días, cuando se comience a analizar profundamente la viabilidad de un presupuesto que está pensando en ingresar, por lo menos, un poco más de cinco billones de pesos, sin aumentar ni crear nuevos impuestos.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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