ES CLARO observar en la vida política de México, que por lo menos dos grandes bandos ya se han establecido, es decir, aquellos que siguen pensando que todo va bien y que por esa razón siguen apoyando las decisiones, aunque en su mayoría equivocadas, de quien manda a nivel nacional, y de los que se muestran contrarios a esa creencia, sobre todo, basados en la gran realidad que se vive en todo el territorio nacional.
Puede decirse que en este momento, dos enormes movimientos políticos ya se han generado en la misma proporción, por lo que es correcto quienes afirman que el país se ha polarizado, ya que en porcentajes casi iguales, la opinión pública se ha dividido, pues se sabe que la aceptación del Presidente de la República, a casi dos años de su gestión, anda rondando el cincuenta por ciento, mientras que la otra mitad, ya se ha puesto en el plan de no aceptarlo y de pedirle, incluso, que se vaya para que México, tenga la oportunidad de salir adelante.
La verdad de las cosas, es que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha dividido al país, creyendo en aquella sentencia popular de “Divide y vencerás”, cuestión que tiene mucho de cierto, pero que en algunos casos, puede resultar contra producente, pues en los porcentajes que se manejan en la mayoría de las encuestas reflejan una línea muy delgada entre lo que significa tener la mayoría del pueblo mexicano a su favor y de los que en estos momentos están pugnando por la corrección del rumbo en la vida política nacional.
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No queremos, en esta columna, utilizar los sobrenombres que el mismo Presidente de la República, ha señalado, como un bautismo político, a estos dos grandes grupos de mexicanos, pues lo más importante es saber que por esta causa el país se ha dividido, amén de otras cosas que han puesto a la nación en serios aprietos, precisamente, porque ya se están gestando, incluso, enfrentamientos que pudieran ser mucho más graves conforme pasa el tiempo.
El Presidente, no ha querido entender que el país comienza por deshacerse en sus propias manos y que si no ha sucedido nada, es porque los mexicanos, son capaces de esperar a los mejores tiempos y es precisamente que a estos tiempos, se les califica como electorales, ya que es de esta manera donde ellos resuelven los problemas del gobierno, porque pidiendo todos los días que el Presidente, rectifique, eso no será posible.
Por eso mismo, ahora ya están viendo, tanto en el ámbito federal como en el Estatal, que impulsar aquella figura de la revocación de mandato, fue un error, porque nunca pensaron que en determinado momento la popularidad se vendría abajo y aunque sea por pocos puntos, entendiendo que todavía existe una gran popularidad presidencial y del mismo partido que lo cobija, una revocación de mandato, podría ponerlo fuera de la Presidencia, ahorcándose con su propia reata.
Lo anterior, podría generar que dentro de poco también el Presidente, opte por enviar al Poder Legislativo, una nueva propuesta que modifique el texto constitucional, como se ha hecho aquí en Veracruz, para desaparecer esta figura de la revocación de mandato y librarse de esa amenaza que pone a estos gobernantes al borde de una vergonzosa salida del puesto que les fue conferido por medio de las elecciones, puesto que de esa manera, se cumpliría el compromiso presidencial y la permanente idea democrática de que el pueblo es el que manda, como lo ha externado el mismo López Obrador, refiriéndose a la posibilidad de que sean las consultas al pueblo mexicano, las que resuelvan si se castiga a los ex Presidentes de la República, cuando es bien sabido que para esto se encuentran las instituciones encargadas de castigar, conforme a derecho, a quienes por una o diversas razones, hayan delinquido, sin importar qué tipo de delito hayan cometido, siempre y cuando merezcan una pena y no se encuentren prescritos.
En fin, que ahora más que nunca, México, se ha partido en dos partes, hablando políticamente, porque los mexicanos, ya tienen madurez política para poder decidir entre lo bueno y lo malo, lo que ha generado esta gran división que ha impulsado el propio Presidente de la República, desde la oficina de su gobierno, es decir, la tribuna de las conferencias mañaneras, creadas con la intención pura de mantener manipulado al pueblo mexicano.
México polarizado, es un país en grandes problemas políticos, económicos y sociales, cuyos enfrentamientos podrían estallar muy pronto, si no se toman las precauciones debidas o llega, como una vacuna, el proceso electoral que busque compensar todas estas deficiencias del nuevo modelo político que se quiere y piensa implantar.
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EL NIVEL CULTURAL DE MEXICO.
SE AFIRMA, entre quienes más saben de este asunto, que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, debe tener en sus manos un estudio bien elaborado a través del tiempo que estuvo buscando la Presidencia de la República, acerca del nivel educativo y cultural que existe en el país, para encontrar la fórmula adecuada para el manejo de la conciencia popular a través de la manipulación de masas, en las cuales existe un bajo promedio cultural que les impide ver con exactitud la verdad de las cosas y de todo lo que, en realidad, está sucediendo en todo lo ancho y largo del país.
Y vaya que podría ser bastante cierto, porque a pesar de todas las mentiras que expresa a diario el mandatario nacional, un buen porcentaje de mexicanos, lo está creyendo, porque bien el Presidente, ha llegado a la conclusión de que dirigiéndose desde el púlpito, que son las mañaneras, en forma cotidiana al pueblo mexicano, logra, tarde o temprano, el efecto manipulador que se persigue.
El Presidente de la República, gobierna desde el púlpito de Palacio Nacional, por lo que le preocupó mucho que el Instituto Nacional Electoral, le haya prohibido que en tiempos electorales, en este caso, el de dos Estados de la República, suspendiera las mañaneras, que aparentemente son conferencias donde manda los que mensajes que quiere, por lo que decidió interponer la queja correspondiente ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, para que se inclinara a su favor, ordenando que se mantengan estas apariciones mañaneras del Presidente, acusando, incluso, que el organismo electoral, se ha excedido en sus recomendaciones o decisiones en materia electoral.
Así es que el Presidente, sabe perfectamente bien el nivel cultural y educativo que existe en el país, aunque haya, en cierta forma, madurez política, para poder manejar a la perfección a la mayoría de mexicanos, preferentemente al cincuenta por ciento, aproximadamente, que le siguen todavía.
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AMENAZAS VELADAS AL INE.
COMO MUCHO SE HA VISTO y escuchado, el titular del Poder Ejecutivo Nacional, ha intentado, en diversas ocasiones, presionar al Instituto Nacional Electoral, para que sus acciones se conduzcan a favor de sus propios intereses.
El INE, es una de las instituciones del país, que se encuentran debidamente estructuradas para llevar a cabo los procesos electorales, donde se persiga la legalidad de las mismas y se concreten las aspiraciones democráticas del pueblo mexicano.
Pero eso no parece convenir al nuevo gobierno de la República, quien detentando el poder nacional, ha destruido varios proyectos nacionales, así como la permanente amenaza a otras instituciones, entre ellas al propio INE, a quien quiere vulnerar sus principios rectores para ser utilizados en su favor.
El INE, desde luego, no se ha dejado y a cada intento de minimizarlo y debilitarlo, ha sabido responder con toda entereza defendiendo su posición e independencia del gobierno, para cumplir cabalmente con el claro propósito para el que fue creado.
No paran, de ninguna manera, las intenciones de someterlo y para ello se le amenaza constantemente con destruirlo también.
Que dios lo agarre confesado.
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Y EL LUNES, aquí nos encontraremos nuevamente, si otra cosa no sucede.
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