Si existe desempleo y va en aumento la pobreza, debido al confinamiento por el COVID19, si el ayuntamiento cae en subejercicio y regresa recursos a la Secretaría de Hacienda, entonces lo justo es apoyar y compensar de alguna forma a los xalapeños.
Si de por sí los recibos mensuales de CMAS a veces llegan demasiado abultados y de poco o nada sirven las reclamaciones de los usuarios, lo conveniente es revisar las tarifas y reducirlas hasta donde sea factible.
Es un clamor generalizado de los ciudadanos.
Incluso no estaría mal actualizar el impuesto predial y no sólo cancelar o exentar los recargos, sino congelar o reducir en la medida de lo posible este gravamen por lo menos mientras duran los efectos de la crisis económica por la pandemia.
Si las actuales autoridades se resisten a tomar medidas al respecto, ojalá que los futuros candidatos a alcaldes y diputados se comprometan a pensar en el bienestar de la sociedad.
Es cierto, en grandes ciudades de distintos países, como Canadá, Dinamarca, Holanda, Australia y otros, el agua es muy cara. La diferencia es la calidad del producto y la eficiencia en la distribución. No hay comparación con la que consumimos en Xalapa. En cambio, en Estados Unidos las tarifas son relativamente baratas y el agua entubada se puede tomar.
Aquí, o no es viable por razones técnicas y financieras, o no quieren las autoridades reducir las tarifas.
Creo que si hay voluntad, se puede bajar el agua y el impuesto predial. ¿Qué opinan, amigas y amigos?
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