Veracruz está en la zona intermedia de la tabla. Con respecto del mismo trimestre de 2019, la economía veracruzana cayó 9.9 por ciento durante julio-septiembre de 2020. Y la variación en relación con el trimestre anterior es de 7.7 por ciento. De cualquier forma los efectos negativos han sido notables. Como es sabido, se perdieron alrededor de 50 mil empleos formales por causa de la pandemia.
Afortunadamente se tomaron algunas medidas adecuadas y oportunas. El ahorro generado por la política de austeridad implementada por la Secretaría de Finanzas y Planeación permitió un programa de empleo emergente para 9 mil 550 veracruzanos. Más recientemente, las gestiones del Secretario José Luis Lima Franco permitieron el adelanto de mil 110 millones de pesos del Fondo de Infraestructura Social para las Entidades (FISE) que se podrán invertir inmediatamente en obras de agua potable, alcantarillado, urbanización, carreteras, puentes e infraestructura básica de salud. Además, se logró la reasignación de 698 millones de pesos provenientes de la Federación para la reconstrucción de 223 kilómetros de caminos rurales y alimentadores.
Finalmente, gracias a los logros de la Sefiplan en el manejo de la deuda y el mejoramiento de su calidad crediticia, Veracruz podrá buscar recursos frescos por un monto de 2 mil millones de pesos para destinarlos también al rubro de obras públicas, tal como lo autorizó el Congreso Local en días pasados. El nivel de deuda regresará a su punto de arranque del sexenio pero la recuperación económica se reforzará porque el destino de los recursos no será el gasto corriente sino la inversión productiva.
Esto hace evidente que el responsable de las finanzas públicas ha decidido no conformarse con la esperanza de una recuperación automática. Y es de celebrarse la audacia con que ha puesto el hombro para apuntalar los empleos y el bienestar de los veracruzanos.
*Economista, latinoamericanista y asesor parlamentario |