Después del proceso electoral de Revocación de Mandato del próximo 10 de abril, el régimen se prepara para discutir en el Congreso la Reforma electoral propuesta por AMLO que incluye, entre otras cosas, la propuesta de que el Consejo del INE y los Magistrados del Tribunal Federal Electoral sean electos directamente por los ciudadanos en una elección general libre y “democrática”
Aunque la narrativa de “darle al pueblo” la facultad de elegir directamente a Consejeros y Magistrados suena muy atractiva y aparentemente muy democratizadora, es de analizar, en principio, cuál será el procedimiento que se propondría para definir qué ciudadanos podrán presentarse a la consideración de los electores para conformar ambos órganos fundamentales del Estado Mexicano y si el procedimiento que se acuerde podrá garantizar la independencia, autonomía, eficiencia, eficacia y rigidez jurídica con que han venido actuando tanto el INE como el TRIFE, así como la solvencia moral, el apartidismo y la neutralidad tanto de Consejeros como de Magistrados.
Veamos, llevar a ciudadanos independientes al terreno electoral, es decir a hacer campañas como candidatos para solicitar el respaldo popular, aun cuando sean surgidos de la Academia, de la llamada “Sociedad Civil” o del Empresariado, por respetable que sea su perfil, no deja de representar el riesgo de verlos Inmersos en el vulgar terreno de la promesa fácil y la generación de compromisos con los partidos políticos que no tardarían en cooptarlos al poner a su servicio las estructuras territoriales que tienen por todo el país para que puedan realizar las campañas respectivas que les permitan obtener el triunfo y, en el peor de los casos, podrían terminar envueltos en las redes del crimen organizado, cuya presencia por todo el territorio nacional suele ser más efectiva que la de los propios partidos.
|
Por otro lado, sería un enorme error dejar en manos de los mismos electores que en 2018 eligieron a AMLO, el peor Presidente en la historia de México, solo superado quizá por Victoriano Huerta, quien por cierto no fue electo; la altísima responsabilidad de elegir a los funcionarios electorales que tendrán en sus manos el futuro de nuestra democracia
Aquí cabe la citar la sabia frase que dice: “si no está descompuesto, no trates de arreglarlo”, así que lo deseable es que en este tema como en el de la Reforma Eléctrica, que requerirán una mayoría calificada en el Congreso para que puedan transitar, la oposición se ponga las pilas y sirva a la patria como un auténtico contrapeso a los caprichos presidenciales y hagan conciencia de que este país no puede “darse el lujo” o mejor dicho no debe permitir que caigamos en la desgracia de perder un Sistema Democrático que tanto trabajo nos costó construir a los mexicanos desde la creación del IFE en la década de los 90s. hasta nuestros días cuando el Instituto, transformado hoy en INE, es el órgano del Estado mexicano en el que más confían los ciudadanos, por encima del Ejército, del gobierno y de las mismas Iglesias. |