Voz en Libertad.
Francisco Guisa Hernández.
 

Otras entradas
2023-01-08 / Están del “lado oscuro de la fuerza”
2023-01-04 / Corte renovada
2022-12-29 / La admiración de AMLO por Fidel Castro y “el Ché”
2022-12-26 / Plagio
2022-12-22 / ¿Autoatentado? ¡NO MANCHES AMLO!!
2022-12-19 / Plan “C”
2022-12-14 / Plan “B” ahora en la cancha de Monreal,
2022-12-10 / “Golpe a Golpe”
2022-12-06 / Desacato
2022-12-03 / Hablemos de conveniencia política
 
Decadencia
2023-01-13

Cuando  escuchamos la frase “Decadencia de un Imperio” normalmente viene a nuestra mente la imagen de algunos Emperadores del Imperio Romano como Caligula o Nerón y otros más cuyos nombres no recuerdo, personajes cuyo delirio de poder los llevó a cometer actos innombrables como crímenes de Estado, donde resultaron asesinados altos dignatarios de la República como Senadores, Generales e incluso Emperadores y herederos de estos; así como la vida desenfrenada de una élite política que, encabezada por el Emperador, eran proclives a grandes excesos, no solo en la comida y el vino sino también en su vida sexual, al protagonizar, como refieren algunas películas y novelas que recrean la época, sendas orgias pletóricas de comida, vino y ¡SEXO!, incluyendo relaciones incestuosas entre hermanos, padres e hijas y de esclavos y esclavas con damas y caballeros de la alta sociedad o Patricios; aunado todo ello a una enorme corrupción de la vida pública; prácticas de las que, siglos después, no fueron ajenas algunas monarquías absolutistas europeas incluso la del Vaticano con los Borgia; razones por las cuales ni Roma ni Francia ni Rusia, han logrado mantener el dominio de los Imperios que en su momento construyeron y tendieron a desaparecer al caer en   excesos que no les permitieron recuperar nunca sus antiguas glorias.


Hoy en día la humanidad, aunque ahora está sumamente desarrollada y civilizada no ha podido desterrar vicios y prácticas corruptoras de la sociedad, mismas que se reflejan en la actuación de los gobiernos y sus funcionarios; cuando inspirados por un espíritu de malentendida tolerancia y liberalismo, yo diría libertinaje, se ha caído en muy malsanos y destructivos excesos como el justificar como símbolo de libertad el aborto, el matrimonio homosexual, la plena libertad sexual, la total liberación, permisividad e incluso la promoción desde el gobierno del uso libre de drogas y alcohol, para su uso, no solo medicinal, sino recreativo; además de la altísima tolerancia a todo tipo de expresión sexual como, el lenguaje inclusivo, la normalización del lenguaje obsceno, el travestismo, la negación de la ciencia, el no binarismo, la denominación trans-especie, la cultura Swinger y otros más que a diario nos sorprenden con nuevas denominaciones, además de una cultura de la ilegalidad, la corrupción y la impunidad que pretende justificarse con el cínico argumento de que: “como antes se hacía, hoy le toca a otros, esos que  ahora gobiernan, hacerlo también”.


Al respecto destaca, entre lo que antes se hacía ( cosa que no puede ocultarse ni negarse) y lo que hoy se hace, el ingrediente del cinismo prevaleciente en la actualidad pues antes se tenía el pudor de no hacer públicas las conductas antisociales y se condenaban los excesos mediante procesos civiles y penales, además del repudio ciudadano y ahora tal parece que se exhiben con orgullo, como si estuviéramos en el antiguo y corrupto Imperio Romano, todo lo cual hará caer por su propio peso en franca y muy rápida decadencia al actual régimen, pues cientos de años de formación y promoción de una cultura de la legalidad y la decencia no pueden ser destruidos tan fácilmente y estoy seguro que la moral ciudadana colectiva que recibimos de nuestros padres y abuelos terminará por imponerse más pronto que tarde.         

 
Regresar a la Página Principal
Aviso de Privacidad
 
Comentarios
 
En Política al Día nos interesa tu comentario, es por eso que creamos este espacio para tí. Aquellos mensajes que contengan un contenido vulgar, difamatorio u ofensivo, serán eliminados por el administrador del sitio. Leer normas y políticas