Después de la magna concentración del pasado 26 de febrero en el Zócalo capitalino, y a días de haberse publicado el multicitado Plan  “B” en materia electoral, dando inicio a su vigencia, crece la incertidumbre y el estress entre todos aquellos que respaldamos al INE y celebramos el despertar ciudadano que se manifestó con un contundente “El voto no se toca”, toda vez que ya empezamos a ver las nefastas consecuencias de las Reformas en las 6 Leyes  a las que MORENA y sus aliados les “metieron mano” en el Congreso.

Aunado a lo anterior es de destacar el silencio de la SCJN y del TRIFE, siendo este último el órgano competente para conocer del asunto porque se trata de la materia Electoral; de los que esperábamos una respuesta inmediata con el otorgamiento de diversas suspensiones que evitarían el desastre que implica el hecho de que las mencionadas Reformas de Ley se apliquen de inmediato, así como la pasividad de una oposición que después de la concentración ha dejado la narrativa en poder del presidente, sin replicar nada ante las injurias, amenazas e incitación a la violencia de AMLO contra los miembros del Poder Judicial y sus mentiras sobre los supuestos convocantes a la Concentración, que NO SR. PRESIDENTE, no fueron Calderón, Fox, Marko Cortes, ni Alito, y mucho menos fue en defensa de García Luna como perversamente nos quiso usted hacer creer, sino ciudadanos independientes y libres, ajenos a los partidos políticos y en defensa de la democracia tal como la conocemos y de la que estamos tan orgullosos esos 25 millones que usted reconoce que somos los conservadores.

A ver, si a esos 25 millones que ud. ha reconocido como conservadores potenciales, le sumamos a nuestras familias, amigos, empleados y allegados, seríamos como mínimo más del doble de esa cifra, que, de entrada,  es muy superior a los escasos 16 millones que históricamente ha alcanzado su voto duro, mismo que viene a la baja regresándo a su nivel, después de que “como el burro que tocó la flauta” su movimiento alcanzó los 30 millones en 2018, pero que ni en 2021 ni en su farsa de Revocación de Mandato ha podido refrendar y ni lo hará, dada su obsesión por dinamitar los puentes de entendimiento con una clase media que en su momento le brindó su confianza, dándole el beneficio de la duda a su proyecto, pero que a partir del inicio de su gobierno se ha encargado de fustigar, ofender y descalificar.

Volviendo al tema del Plan “B”, para quienes conocemos algo el derecho y particularmente la materia electoral, es entendible que una vez publicadas las Leyes de marras, tanto la oposición y el INE, como el TRFE y la SCJN, reconozcamos que estamos en tiempo para interponer, los primeros, los recursos necesarios para impugnarlas y que estas no puedan aplicarse en la Elección Presidencial de 2024; y para resolver en tiempo y forma los segundos, TRIFE y SCJN, desechando las multicitadas Reformas del Derecho Positivo Mexicano, pero, en mi opinión, considero que es un error dejar que el régimen y sus corifeos crean que ya se salieron con la suya, porque irían a la contienda en la confusión de no saber ni entender qué Leyes son aplicables y se provocaría tal incertidumbre que los conflictos pre y post electorales estarían a la orden del día; amen de los hechos consumados, difíciles de revertir, como son los Actos Anticipados de Campaña en que las famosas “corcholatas” están incurriendo y que será muy complicado definir qué Ley regía cuando lo hacían o cuando desde el poder, con recursos del erario, se estuvo promoviendo a los candidatos del régimen.

Por ello es urgente que la Corte a la brevedad se pronuncie al respecto y no esperar que se agoten los cerca de 6 meses que aun faltan para el inicio del Proceso Electoral, lo cual sería muy irresponsable de su parte, pues conforme pasen los días, la incertidumbre irá en aumento y es de recordar que uno de los pilares de nuestra democracia ha sido, junto con la independencia y autonomía del INE, la certidumbre respecto a la Ley Electoral, los calendarios, la expedición de Credenciales para votar seguras e irremplazables (ni por un pasaporte, ni por una cédula consular, ni por la credencial del gimnasio), así como los procedimientos a aplicar en cada elección.

Así que aunque hay tiempo, no debe haber paciencia.