El presidente insistió mucho en la mañanera en que los medios de comunicación deberían darle amplia cobertura al juicio que se desarrolla en Nueva York contra Genaro García Luna por una supuesta conspiración de éste con el crimen organizado para introducir drogas a los Estados Unidos en cantidades industriales.
Esto lo hacía con la expectativa de que las declaraciones de los testigos de la Fiscalía en el caso, todos delincuentes por cierto, revelaran acciones ilegales y muy comprometedoras para Felipe Calderón, lo que resultaría “oro molido” para su cusa, de cara a los procesos electorales de este 2023 y la elección presidencial de 2024, pretendiendo que los mexicanos diéramos por buenas la declaraciones de miembros del crimen organizado que por ese solo hecho habrían merecido falta de credibilidad pues siendo, casi todos estos, criminales que están purgando condenas en USA, resulta fácil deducir que habrían convenido con la Fiscalía Acuerdos para declarar cualquier cosa que se les pidieran a cambio de reducciones de penas o al menos un mejor trato en los reclusorios.
Al respecto es de analizar que si acá en México todo este juicio “apesta” y nos hace dudar sobre la veracidad de las declaraciones de los testigos, en USA un Jurado ciudadano puede tener también semejantes dudas, sobre todo porque la Fiscalía no presentó una sola prueba convincente que respaldara lo dicho por los testigos, llevando a que la declaración de culpabilidad o no culpabilidad de García Luna esté siendo sumamente difícil para el jurado pues con la escasa información “verosimil” que arrojó el juicio, resulta imposible alcanzar la unanimidad de votos de los 12 integrantes del jurado para lograr una sentencia que a todos deje satisfechos y es por ello que las deliberaciones se han alargado tanto que después de muchas horas se pospuso para el próximo martes 21 de febrero la audiencia donde deberá emitirse la sentencia de “Guilty or No guilty”, como dicen los gringos, pues nunca declaran la inocencia de nadie sino únicamente la “no culpabilidad”.
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Como podrán ver, yo si le he hecho caso a AMLO, el presidente de algunos mexicanos, y he tratado de informarme más o menos de lo que está ocurriendo en Nueva York, respecto a este escabroso asunto. De tal forma que, al igual que muchos mexicanos, también me enteré, por casualidad, de las declaraciones del narco conocido como el “Rey Zambada”, hermano del “Mayo Zambada”, quien declaró, entre otras cosas, haber entregado 7 MDD (¿En una maleta, deveras?), al entonces Subsecretario de Seguridad Pública de Ebrard, cuando éste era secretario del ramo y AMLO Jefe de Gobierno de la CDMX, en ese entonces Distrito Federal, para “una campaña”
Así, cuando el presidente se sintió amenazado con esas declaraciones, de inmediato implementó su consabida estrategia de desmentir y desviar la atención calificándola de “compló”, ya que, en su enorme Ego, todo se trata de su persona, amenazando con demandar al abogado de García Luna por difamación, y al respecto surgen diversas preguntas: ¿Por qué demandar al abogado y no al declarante? ; ¿Acaso solo tienen credibilidad los testimonios de delincuentes confesos cuando comprometen a otros, sus enemigos, pero no cuando involucran al mismo presidente?; ¿a qué campaña se habrá referido el “Rey Zambada”? ¿a la de AMLO del 2006? ¿o a la de Ebrard para Jefe de Gobierno?. En todo caso, es de preguntarle a AMLO, ¿Entónces les creemos o no les creemos a los testigos? o ¿Para qué quería que se difundieran los pormenores del juicio?
Por todo ello resulta sumamente irónico que tanta insistencia por que nos informaran sobre el famoso juicio, hoy, por hacer las cosas desde el odio hacia Calderón y no desde la razón y la inteligencia, el mismo juicio nos esté revelando que AMLO y su grupo cercano no son tan diferentes a lo que señalan con índice de fuego contra sus adversarios. Belive or not? |