En los años 50s o 60s del siglo pasado el genial cineasta Español, Luis Buñuel, filmó en México la película “Los Olvidados”, donde reflejaba la muy triste realidad de una sociedad indolente ante la miseria y la degradación humana en los barrios más alejados del progreso y modernismo de la ciudad de México de ese entonces, historia narrada desde la perspectiva de un grupo de niños y adolescentes que ante el hambre, la miseria y la incapacidad de ver un mejor futuro, se refugiaban en la pandilla del barrio cuyo líder “El Jaibo” era carne de reformatorio porque lo único que en la vida había aprendido para sobrevivir era el robo, la estafa y la extorsión y entre batallas campales con pandillas enemigas y raudas y veloces huidas de la persecución policíaca, así como de escapes de la Correccional para menores, pasaba sus días reclutando niños para que lo acompañaran en sus fechorías, quienes ante el menosprecio de la sociedad y de sus propias familias al ser hijos de padres alcohólicos y golpeadores o de madres solteras frustradas y enojadas con la vida, encontraban en la pandilla del “Jaibo” un signo de identidad y de pertenencia a algo más importante y trascendente que sus miserables vidas y así, alcoholizados y corrompidos desde muy temprana edad, pasaban su triste infancia “Los Olvidados”

Hoy México ha cambiado y se ha convertido en un país de oportunidades para quien busque la superación y aquellas lamentables imágenes de los arrabales capitalinos que nacieron como “ cinturones de miseria” producto de las invasiones de terrenos y un crecimiento exponencial, irregular y anárquico de la ciudad, ya no se ve más, pues hasta los barrios más miserables gozan ya de los servicios públicos más indispensables como son la electricidad, el agua potable y las calles pavimentadas; sin embargo todavía pueden encontrarse patéticas historias de pobreza y miseria humana con una delincuencia más sofisticada y “rentable” con nuevos métodos de extorsión a través de la tecnología de los smartphones y de la venta de drogas por medio del narcomenudeo, y así, los nuevos “Jaibos”, son ahora los magnates que cuentan con casas, autos y terrenos en ciertos barrios de la ciudad.

Y aunque es de reconocer que en esta vida hay de todo: buenos y malos, delincuentes y gente decente; también que es condición humana la necesidad de sentirnos parte de algo importante y trascendente, anhelo que divide su querencia entre nobles organizaciones que surgen para hacer el bien a la sociedad y modernas pandillas del Crimen Organizado cuyo “modus operandi”, al estilo de la Mafia de NY de los años 30s, no conocíamos en México. Y así los “Jaibos” han pasado a ser el “Chapo”, el “Mayo”, el “Señor de los cielos“ o “el Jefe de Jefes”, entre otros.

 Sin embargo, no todos “los olvidados” forzosamente tienen que ir a parar a la delincuencia pues los hay como el Estetoscopio Medina Chaires, personaje del genial Víctor Trujillo que al parecer disfruta su miseria creando su propio mundo surrealista en el lote de su colonia, donde los charcos y lagunatos generados por las lluvias, él, como moderno Quijote, los ve como la piscina y el Spa donde su familia puede disfrutar de un día de sano esparcimiento; y algunos se han unido a otro tipo de pandillas y de delincuencia como la delincuencia electoral de MORENA, donde, como “el Jaibo”, reciben todo tipo de escoria humana y de miserables resentidos con la vida y enojados con el mundo, como, disculpen la comparación, el personaje este, el tal “Noroña” que más bien parece sacado de una historieta de “Hermelinda Linda” o el tal Eurípides Flores, quien al no poder colarse en el equipo de Lorenzo Córdoba por su falta de estudios, talento, educación y experiencia (cuando, al llegar Lorenzo al INE, lo llenaba de elogios), tuvo que refugiarse en MORENA, donde si fue aceptado y acogido, es decir, buscó refugio entre sus iguales, y terminó siendo el Representante de ese partido ante el Consejo General del INE, donde encontró el camino para desahogar todas sus frustraciones y resentimiento, atacando sin fundamento todo lo que antes alababa.

Y es así como ha venido desarrollándose nuestra sociedad desde los años 60s con “Los Olvidados” hasta nuestros días con el surgimiento de otras pandillas como “Los Pejesaurios”, “AMLovers”, “Morenacos”, “Solovinos”, o como quieran llamarlos.