Deben ser, imagino, los neoconservadores.
Y el Presidente de la República, el Paladín de la Cuarta Transformación auto-adjudicada, el Patriarca que nunca se equivoca, el “juez, protector, “providente y salvador de la humanidad”, seguramente es un gran neoconservador, el mejor de todos. Debe ser el más perfecto neoconservador, vamos.
Y como yo estaba en plan de querer saberlo todo, me puse pues a indagar sobre los dos conceptos. Encontré lo siguiente:
“En general, los términos ‘neoliberal’ y ‘neoconservador’ se refieren a corrientes políticas y económicas diferentes, aunque a veces se utilizan indistintamente.
“El neoliberalismo se centra en la liberalización del mercado, la reducción del papel del Estado en la economía y la promoción de la iniciativa privada y el libre comercio. Los neoliberales suelen defender políticas económicas que favorezcan la desregulación de los mercados, la reducción de los impuestos y la privatización de empresas y servicios públicos.
“Por otro lado, el neoconservadurismo se enfoca en la promoción de los valores tradicionales, la defensa de la seguridad nacional y el uso de la fuerza militar para lograr los objetivos políticos. Los neoconservadores suelen defender políticas que promuevan la intervención militar en conflictos internacionales, la protección de los valores culturales y la defensa de los intereses nacionales.
“En resumen, aunque ambos términos refieren a ideas y corrientes políticas diferentes, no son mutuamente excluyentes ni necesariamente opuestos, ya que algunos políticos y pensadores pueden compartir ideas y conceptos tanto del neoliberalismo como del neoconservadurismo.”
Pienso en AMLO y veo que le cuadra bien lo de “promoción de los valores tradicionales”, “uso de la fuerza militar para lograr los objetivos políticos”, “defensa de los intereses nacionales”.
O sea que el país vive un enfrentamiento entre chairos y fifís, entre honestos y corruptos, entre izquierdistas y derechistas…
…entre neoconservadores y neoliberales.
¡Ah!
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