Gran revuelo ha causado en USA, así como una gran expectativa en México y en el resto del mundo la película del actor y productor independiente mexicano Eduardo Verástegui, cuya historia está basada en hechos reales sobre la explotación infantil con fines de trata y que describe la actuación encubierta de “Fuerzas Especiales” conformadas por ex Agentes del FBI y de la CIA que, como misión de vida, se impusieron la tarea de rescatar al mayor número de niños de las garras de las bandas de robachicos y chacales que comercian con sus cuerpos y con su inocencia para satisfacer la demanda del mercado más grande del mundo de personas que son atraídas por menores, MAP por sus siglas en inglés, que es un eufemismo inventado por  pederastas y pedófilos para tratar de “normalizar” una conducta por demás ruin, asquerosa, inmoral e inaceptable como es la pedo… y la pede…que, por cierto, encuentra su mayor “mercado” precisamente en los Estados Unidos.

Al respecto no es de  sorprender la férrea reacción de grupos y personajes ligados a este asqueroso y multimillonario negocio, que a través de medios de comunicación anglosajones afines a la izquierda más radical como las Revistas “Rolling Stone” y “Bloomberg” o el periódico “El país” de España que con diversos artículos  de opinión, más parecidos a la reproducción de un “Boletín de prensa” que a un verdadero ejercicio periodístico de investigación, pretenden cancelar la película porque el tema le pega a sus intereses en el negocio; argumentando que la trama de la película no se trata de hechos reales sino de un plan conspiranóico de la ultraderecha y de la Iglesia Católica, a lo que Verástegui ha expresado que: ubicar a su película en el terreno de la ficción y de la conspiración representa una falta total de respeto, empatía y sensibilidad hacia los millones de niños que se encuentran aún secuestrados y están siendo abusados sexualmente de forma reiterada por todas partes del mundo y particularmente para los cientos de niños que no pasaban de los 12 años de edad cuando se filmó la película en 2018 y que hoy, 5 años después,  están entrando paulatinamente en una mayoría de edad que les permitirá presentar sus testimonio de que todo cuanto se narra en la cinta es verdad y su sufrimiento y persistentes traumas fueron y siguen siendo reales.

En mis escritos he venido utilizando recurrentemente expresiones como: “nosotros, la gente de bien”, “la batalla entre el bien y el mal” y otras más como “que digan con quien quieren estar, con Dios o con el diablo” y ningún tema me parece más adecuado para refrendar esos conceptos que la terrible realidad que representa el daño irreversible que se les está haciendo a nuestros niños; ya sea por la maldad en el mundo, por el descuido de los padres o por la indolencia de los gobiernos del orbe.

sobre Verástegui, sobre la película de marras y sobre la épica lucha de este grupo de “héroes anónimos” encabezados por, el ya no tan anónimo, Tim Ballard, quienes inspiraron el guion de la cinta, hay muchísimo más qué hablar, pero toda esta épica historia sería suficiente para escribir toda una novela y no solo para redactar una sencilla columna como esta.

Por ello solo me referiré a mi visión personal sobre la batalla final entre el bien y el mal que se está dando ya en la tierra y que fue profetizada en la biblia, en el libro del apocalipsis y en las profesías reveladas a tres humildes pastorcillos por Marìa, nuestra Santa Madre, en Fátima, Portugal, por lo que al respecto me pregunto:

¿Acaso las atrocidades que estamos viendo en el mundo contra los niños, contra la vida, contra la familia y contra nuestra fe; no son parte ya de los embates del demonio profetizados en el apocalipsis? Y ¿no será que las acciones de gente de bien como Ballard, Verástegui, Cavizil y Angel Films. son la respuesta de nuestro señor Jesucristo, dando la batalla final contra el mal como fue consignado de igual forma en el último libro de la biblia? O ¿Qué más nos falta ver para decidir de una vez por todas si queremos colocarnos del lado del bien o del mal?

Por lo pronto, mientras sigo reflexionando sobre esto último, espero con ansias que llegue el 31 de agosto, fecha en que será estrenada la película en nuestro país, así como en Centro y Sudamérica.