Las Campañas a Gobernador del Estado de México están llegando a su fin y solo faltan 2 semanas para la jornada electoral, pero antes, mañana jueves para ser precisos, tendrá desarrollo el segundo y último debate entre las candidatas de las Alianzas que participan en esta Elección, Delfina Gómez, por la Alianza opositora en ese estado y Alejandra del Moral por la Alianza del Gobierno, pues es de recordar que el EDOMEX aun es gobernado por un mandatario salido de las filas del PRI.

Diversas son las señales de que el régimen morenista está aterrado ante la muy probable posibilidad de que su candidata se derrumbe en este último tramo de la contienda y termine perdiendo ante la candidata de la Alianza PRI- PAN-PRD, y por ello se observan ya destellos del cochinero en que convertirán la elección del próximo 4 de junio.

Veamos, en principio han sido intransigentes de cara al segundo debate, impugnando primero a la que sería la moderadora, así como el formato de “moderación activa” que tuvo Paula Ordorica, durante el primer debate, formato que, por cierto, habían acordado oportunamente los representantes de las Alianzas contendientes, al igual que lo han hecho ahora para el segundo debate, excluyendo la moderación activa del formato a aplicar mañana, así como la insistencia de que el tema de la corrupción de Delfina, tanto en Texcoco como en la SEP, no debería ser tocado, lo que en mi opinión constituye un reconocimiento tácito de que los hechos imputados a su candidata son ciertos y por lo tanto les afectan enormemente, lo cual por supuesto es inaceptable para Alejandra del Moral y por ello sus representantes no firmaron aceptando semejante condición, por lo que Alejandra no está obligada a omitir el tema; a ver, si Delfina tuviera argumentos para rebatir las acusaciones de corrupción en su contra, no rehuiría debatir sobre ello, pero es tan evidente que en lo del 10% del salario que le esquilmó al personal del Ayuntamiento de Texcoco, no ha podido demostrar que sea falso ante el INE y el TRIFE, que por ello, ante la arrastriiza que sufrió en el primer debate, Delfina y su equipo no quieren verse expuestos nuevamente a la cruda realidad sobre sus raterías.

También ha trascendido que Alejandra ya le pisa los talones en las encuestas y a dos semanas de la jornada lo más seguro es que termine superándola, sobre todo por las consecuencias que tendría el segundo debate (lo cual bien podría ser solo un argumento del equipo de Alejandra sin fundamento, sembrado estratégicamente), en lo que se conoce como el post debate, que es la “comentocracia” de los ciudadanos sobre cómo transcurrió el debate y cual fue el desempeño de cada una; por otro lado, desde MORENA han empezado a correr la especie de que si Alejandra gana las elección será fraude, anticipando el conflicto poselectoral que MORENA encabezaría, pretexto esgrimido únicamente por el que siente que va a perder la elección y trata de “curarse en salud”.

Finalmente es de observar cómo ha operado el aparato del Estado en favor de Delfina, movilizando los Gobernadores morenistas, por instrucciones de Patán Augusto, una gran cantidad de activistas desde sus estados hacia el EDOMEX, tanto para, junto con funcionarios federales, tratar de influir en el voto del electorado, así como para generar el caos durante la jornada electoral, cuando vean perdida la elección, creando tal conflicto poselectoral, que termine por llevar a los tribunales a anular la elección.

Todas estas son señales de lo desesperados que están los morenistas, pues si realmente confiaran en el triunfo, ninguno de estos artilugios que he reseñado aquí tendría sentido y solo esperarían serenamente el trámite de la elección que los llevaría a gobernar el estado con el mayor número de electores del país.