Ha pasado ya la elección en el EDOMEX para elegir Gobernadora y la ciudadanía de ese estado me ha desilusionado absolutamente, y no porque hayan  votado por MORENA, los que así lo hicieron, ya que dicho sea de paso, estaban en su derecho de equivocarse,  sino por el elevado abstencionismo, reflejo de la indiferencia que el futuro de ese estado y del país despierta entre los electores de una clase media apática e insensible ante la destrucción del país, esa Clase media que aparentemente aún no se ha visto afectada por las nefastas políticas públicas de la 4T, y no se ha dado cuenta que al paso que vamos en la “venezuelización” del país, más temprano que tarde los llevará a vivir en la miseria y a tener que andar buscando qué comer entre la basura, como en aquel país, y desgraciadamente para ellos ya no habrá ricos que tiren comida aun en buen estado a la basura.

Veamos, hace unos años me dolía mucho ver como el PRI se venía desfigurando en el país, pero lo superaba pues quienes relevaron a los priistas en el poder fueron los panistas y estos no se dedicaron a destruir las Instituciones Nacionales sino a fortalecerlas, creando un sinnúmero de órganos ciudadanos autónomos que acompañaban a los ciudadanos defendiéndolos de los abusos y la opacidad de los gobiernos en turno.

Hoy en día ya no me duele el PRI, pues hace ya varios años que le aplicaron los “santos óleos”, dándolo por muerto, lo que me duele es México, que mi país se esté hundiendo en un populismo de izquierda de lo más dañino y absurdo y que los ciudadanos de bien no reaccionen para defender lo que nos queda de “normalidad democrática” y de moral republicana, como lo han hecho en España, en Chile y en Perú,  pues no es lo mismo salir a las calles masivamente a defender al INE, en sendas marchas y plantones, lo cual bien puede ser solo el reflejo de nuestra personalidad revoltosa y contestataria, vamos, porque nos encanta el chisme y la bulla; que salir a buscar una casilla, y hacer fila a pleno sol, para decidir sobre el futuro de la nación; por lo que mi pregunta para los abstencionistas, verdaderos artífices de los triunfos de MORENA, sería: ¿para qué rasgarse las vestiduras en las plazas públicas al grito de “el voto no se toca”?, cuando llegado el momento de ejercer a plenitud ese derecho, que es precisamente el de acudir a votar el día de la jornada electoral, prefieren quedarse en casa o irse de paseo, antes que cumplir con ese derecho que es a la vez una obligación.

Por todo ello hoy cobra más fuerza que nunca la frase de que: “si no fuiste a votar, luego no le reclames al régimen sus abusos y arbitrariedades”, o esa que dice: “el que calla, otorga”, y es precisamente del silencio ciudadano, representado por un acendrado abstencionismo, del que se nutren los tiranos para afianzarse en el poder. Pobre de mi  México, al respecto es de sugerirle a Paco Martín Moreno el título de su siguiente libro que debería ser: “MEXICO SILENCIADO” o “México abstencionista”.