Esta semana destaca la información sobre la asistencia de la Sen. Xóchitl Gálvez al Palacio Nacional para solicitar, “Amparo en mano”, el acceso al recinto donde tiene desarrollo todos los días la Conferencia de Prensa de AMLO, que se conoce como “La mañanera”, donde pretendía ejercer su derecho de réplica para responder y aclarar un infundio calumnioso que el Presidente López Obrador vertió en ese mismo espacio hace ya más de un año, cuando aseguró que la Senadora había manifestado en la Feria del Libro de Guadalajara que eliminaría los programas sociales pues como “Neoliberal “ estaba en contra de estos, asunto por el cual la Senadora Gálvez, en su momento, solicitó por escrito a la Presidencia de la República, se le permitiera utilizar ese mismo espacio de la mañanera, es decir, utilizar el derecho de réplica que la Constitución le garantiza para aclarar que de ninguna manera ella había dicho algo así, sobre todo porque reconoce que los programas sociales y los apoyos que, derivados de estos se otorgan a los grupos vulnerables de la sociedad, fueron elevados a rango Constitucional y por ello no podrían desaparecer, oportunidad que volvieron a negarle.
Pero, ¿por qué ha pretendido la Senadora acceder a la mañanera para manifestar algo que durante todo el año ha tenido la oportunidad de aclarar, ampliar y difundir en muy diversos medios de comunicación, con mucho más Rating quizá que las propias mañaneras?. Y no fue por necia, NO, sino porque la negativa presidencial y los insostenibles argumentos con que AMLO ha pretendido censurar a la Senadora, incluso burlándose de ella: que si lo hace para proteger la Investidura Presidencial, que ¿Cómo podría abrirle las puertas del Salón Tesorería y cederle el uso del micrófono para que Xóchitl fuera a lucirse y ofenderlo ahí en su propio espacio? Que si se reserva el Derecho de Admisión, como si el Palacio fuera suyo y no de los mexicanos, que si ella puede acudir con sus amigos de la prensa conservadora y otras tantas barbaridades, provocaron que Xóchitl tuviera que acudir ante los tribunales solicitando la protección de la Justicia Federal, mediante un Juicio de Amparo para hacer valer su derecho, y como el trámite de todas las instancias que tuvo que agotar, demoró casi un año, es que hasta ahora puede exigir, amparada por la Ley, que se le permita acceder al espacio en el que fue aludida, tergiversando sus palabras.
En mi opinión este asunto, termine como termine, ha significado un “Ganar-Ganar” para la Senadora, en su búsqueda de posicionamiento mediático de cara a su aspiración de ser la candidata de la Alianza opositora a Jefa de Gobierno de la CDMX, pues AMLO cometió el error de tratar de censurarla y esto le dio visibilidad al asunto durante todo el año, cuando que si se le hubiera concedido de inmediato el derecho de réplica, desde ese mismo día habría dejado de ser noticia y habría sido olvidado como una anécdota más de las tantas que a diario protagoniza el presidente; además de que, de una simple tergiversación de las palabras de la legisladora que se hubiera aclarado pronto, se dio paso a toda una narrativa de la oposición, confirmando y comprobando los señalamientos de abusivo, autoritario, intolerante, misógino e ignorante del derecho con que lo han calificado recurrentemente durante todo el sexenio.
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Así las cosas, para la senadora ha valido la pena exponerse incluso los insultos y agresiones de los matraqueros de AMLO fuera del Palacio Nacional, pues mientras no le conceda el régimen la posibilidad de acceder a la mañanera, la Sen. e Ing. Xóchitl Gálvez seguirá teniendo sobre ella los reflectores que tanto necesita, mismos que, con su actitud, AMLO le ha puesto en bandeja de plata.
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