El puente de Día del Niño-Día del trabajo nos dejó un gran número de Reformas de Ley que de manera “Fast Track” y sin respetar el proceso legislativo que exige turnar las iniciativas a comisiones para su análisis y aprobación, se presentaron ante el Pleno de la Cámara de Diputados y posteriormente al de la colegisladora, que en este caso es la Cámara de Senadores para su aprobación por la mayoría simple morenista en ambas cámaras, sin realizar un análisis profundo y un debate informado sobre las consecuencias que traerá a nuestro país su aplicación.

Se trata de  diversas disposiciones que, por un lado, empoderan más al Ejército a través del control del espacio aéreo nacional, el  que hasta hoy es administrado por una entidad de carácter civil dependiente de la SCT, el SENEAM (Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano); del control de las vías férreas nacionales; del Fondo Nacional de Turismo, al desaparecer al  FONATUR y; la administración de la Aerolínea Nacional, Mexicana de Aviación adquirida recientemente por el régimen;  adicional al control de las Aduanas Marítimas que ya le habían entregado previamente a la Marina y las terrestres al Ejército; así como la desaparición del CONACYT y con esto la desaparición de la, mal llamada por ellos, Ciencia Neoliberal, cuando no entienden que la ciencia no puede ser ni de derechas ni de izquierdas y, con ello, el menosprecio por los científicos mexicanos a quienes buscan imponer los temas de investigación que deben emprender, así como regatearles los apoyos a sus investigaciones y los que reciben los estudiantes en el extranjero, entre otras que tienen que ver con los temas de transparencia y rendición de cuentas .

En este escenario es de esperar que, -aunque las nuevas disposiciones no sean inconstitucionales, excepto las de dar más funciones civiles a los militares ya que “en tiempos de paz las fuerzas armadas no pueden realizar más labores que las estrictamente ligadas a la disciplina militar” como dice la propia Constitución,- entendamos que “no todo está perdido” y la oposición recurra nuevamente a la SCJN para impugnar el proceso legislativo, no por el evidente albazo o mayoriteo, sino por los vicios en el procedimiento, con lo que muy probablemente se incrementarán los ataques a los Ministros que resuelvan conforme a Derecho, y si lo visto hasta hoy ha provocado el odio y ataques mediáticos, no podemos descartar un “Golpe de Estado” al Poder Judicial, que incluya la quema de la sede de la Corte y el linchamiento ya no solo mediático sino físico de los Ministros, que es lo único que nos falta por ver en este régimen de barbarie en que se ha convertido la 4T.

Nadie quiere por supuesto un escenario apocalíptico como el reflejado en la película “Nuevo Orden”, pero ante tanto autoritarismo y abuso sistemático del Poder, es recomendable irnos preparando para lo peor, pues lo malo ya lo hemos estado viviendo y resistiendo “desde que el mundo es mundo” y hasta hoy.

Ojalá que la ciudadanía continue acompañando a la oposición política en el señalamiento  de las arbitrariedades del régimen y manifestando sin miedo su rechazo a tanta maledicencia, tal como lo ha venido haciendo cuando ha salido en defensa del INE, del TRIFE y del voto libre y efectivo, y es deseable que ahora lo haga en defensa del Poder Judicial para que, con el respaldo ciudadano, la Corte continue siendo el control Constitucional que contenga las ansias autoritarias de los otros poderes en el marco de nuestro Sistema Republicano de División de Poderes.