Si alguien tenía dudas aún del camino al comunismo al que nos está llevando la llamada 4T, no hay más que poner atención a todas las señales que nos indican la decadencia del país y la tendencia hacia un absolutismo ideológico al más puro estilo cubano, soviético, norcoreano o chino- maoísta, donde las libertades individuales fueron abrogadas para instaurar un Estado - niñera que asumió el papel que desempeñaba la familia como institución protectora, forjadora de ciudadanía, educadora en valores de libertad y justicia y refugio parea el libre pensamiento

Un Estado donde se arrebata la Patria Potestad a los padres para convertir en padre de niños y adolescentes al líder en turno y al gobierno que usurpa e4l papel  tradicional de los padres en las familias.  

¡MÉXICO NO ES VENEZUELA NI CUBA! decíamos quienes confiábamos en la prevalencia de los valores de un pueblo mayoritariamente católico y devoto de la Virgen de Guadalupe como el nuestro, cuya coraza moral creíamos que estaba hecha a prueba de ideologías destructoras de la libertad, y de los principios morales de nuestra sociedad, y que estábamos  vacunados contra regímenes promotores de un ateísmo de Estado basado en la creencia de que DIOS HA MUERTO con la que resulta fácil penetrar las mentes de toda una generación para “idiotizarla”, como señala el politólogo Agustín Laje en su más reciente libro: “Generación Idiota” y manipularla a través del ofrecimiento de una vida llena de placeres mundanos, fundada en la idea posmoderna de que todo cuanto se desea, debe convertirse en un derecho, confundiendo con esto los derechos con privilegios.

 Otra clara señal del camino a la debacle comunista es la publicación y la ya muy próxima distribución y utilización de los “manuales o panfletos comunistas” disfrazados de Libros de Texto con los que a partir del próximo ciclo escolar estarán adoctrinando a nuestros niños y adolescentes con el claro afán de destruir a la familia tradicional mexicana y todos los principios y valores que ha representado esta noble institución a lo largo de nuestra historia, desde el Calmécac, el  Telpochcalli y el Conecalli Aztecas, hasta la Escuela Mexicana  de Torres Bodet,  forjadora de hombres y mujeres de bien. Y ante la “puya” de los “chiros” de que estamos exagerando y creando teorías conspirativas, más nos valdría a los padres de familia tomar muy en serio todos los llamados de alerta que la “gente de bien” nos está haciendo para que nos decidamos a proteger a nuestros hijos del embate final que está dando el Socialismo Internacional incrustado en la ONU a través de la denominada Agenda 2030.

Por todo ello tienen mucho sentido las arengas que dicen: ¡Con los niños no!  y ¡no se metan con nuestros hijos¡ que tímidamente se empiezan a escuchar y difundir en las manifestaciones de padres preocupados por el futuro de sus hijos y a leerse en las redes sociales.

Finalmente he de reconocer que afortunadamente mis hijos no corren el peligro de ser “idiotizados” y manipulados pues ambos son ya adultos hechos y derechos que mamaron una muy buena educación en las aulas de la antigua escuela mexicana y hoy son personas de bien; sin embargo es natural que toda esta situación me esté generando una enorme preocupación y estrés al pensar en mis futuros nietos, los que ojalá lleguen pronto cuando todavía tengamos un país bello y próspero (que no progresista), qué ofrecerles y por el futuro de nuestra querida nación, a la que no queremos ver (Dios nos libre), convertida en una Cuba, Venezuela, Argentina o Nicaragua.