El tema es que Marcelo, de golpe y sin miramientos, echó a Claudia al foso de los leones, ya que su denuncia fue oro molido para la oposición (sobre todo del MC) y legisladores federales afines a la causa Marcelista para formalizar el caso ante el INE.
Y Marcelo, que ya olió sangre, sabe que ha pegado fuerte al hígado de Claudia y de AMLO y no dejará de exhibir un proceso que debía ser limpio y transparente y no lo fue.
Los tiene en sus manos, lo sabe y Marcelo los hará sufrir más al no aceptar las empresas que se deberán encargar de la encuesta que definirá al candidato-a de MORENA a la presidencia en el 24.
Lo estratégico del caso es que quizá el INE encuentre la forma de eludir la gravedad de las denuncias y no sancionar a Claudia Sheinbaum, pero el pueblo bueno (que ha sido el mejor testigo del acarreo y desvíos de recursos denunciados) pudo haberla ya juzgado, lo que sí podría influir en los resultados de la encuesta interna de MORENA.
Hay quienes opinan que Marcelo no necesita salirse de la contienda interna para ganar la candidatura presidencial. Pues de hecho ya la ganó al hacer una campaña limpia, valiente y a los ojos de quienes podrían inclinar la encuesta a su favor.
A como se han puesto las cosas, a MORENA no le quedará de otra que salir a la contienda del 24 con un candidato electo internamente con limpieza.
¿Quién dijo que el proceso interno de MORENA era aburrido?
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