En este punto, ¿Cómo lo podrían cumplir si aun sin ser reconocidos como aspirantes legales y aprobados para participar en la encuesta decisoria, varios de los aspirantes denostan y descalifican a los demás?
Es decir, la mayoría de los aspirantes están desbocados violando el clausulado de la Convocatoria y calentando el caldero político de MORENA, por lo que desde ahora se puede adelantar que lo que está pasando no es nada saludable para los propósitos idealistas de un laboratorio democrático de la transformación, que no acaba de convencer como un método factible para evitar divisiones.
Todo lo anterior, sin contar con los clásicos catorrazos, latigazos y denuncias mediáticas (que quizá lleguen a tribunales, como ya sucedió en el caso de Marcelo Ebrard, quien con fecha 25 de septiembre del año en curso interpuso ante el H. Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación un Juicio para la protección de los Derechos Político-Electorales del Ciudadano en contra de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena).
La pregunta es si llegará a buen puerto este experimento democrático y si en Veracruz se evitarán las fracturas o si estarán algunas corcholatas estatales dispuestas a llegar a los extremos que ha llegado Ebrard.
Por lo que se ha visto y se espera, en Veracruz se vive un escenario más espinoso y complicado de lo que se vivió a nivel nacional.
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