No hay poder humano que detenga la escalada de precios que cada vez mas y mas se incrementan en todos los productos, veo en la gente un desencanto porque gobiernos van, gobiernos vienen y las cosas sigue igual, existe una gran brecha entre lo que percibe un trabajador con lo inalcanzable de los bienes y servicios.
Nos estamos moviendo en base a lo que dictan los mercados internacionales, nuestra moneda está a merced de los vaivenes de la economía mundial, aunado a todo ello la deuda mexicana cada vez más crece en capital e intereses, y eso impacta en el salario del trabajador, que para empezar no cuenta en su mayoría con un empleo fijo.
El nuevo gobierno que tomara posesión el primero de diciembre, llega con el aval y la exigente demanda de millones de ciudadanos que creen por fin verán la suya, al menos obtener empleos bien remunerados para con ello satisfacer las apremiantes necesidades de una familia.
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La población mexicana ha sufrido decepción tras decepción en todos los aspectos, ha estado a la espera de que algo bueno llegara y ese algo nunca llega, parece que gracias a tal decepción han proliferado miles de sectas religiosas, quienes han sabido capitalizar el terrible desencanto.
Hoy vimos como un número determinado a ojos cerrados, salieron a las urnas a castigar a los responsables de todos los males que les aquejan, si los vuelven a decepcionar estoy seguro que se esconderán y no volverán a creer en partido político o candidato alguno, el abstencionismo será el rey de las próximas jornadas electorales, como ha sucedido en años anteriores.
Parece ser que estamos condenados a que la malaria nos persiga, la brecha entre pobres y ricos es cada vez más grande, los pudientes son los mayormente beneficiados, a ellos se les toma en cuenta cuando se toman decisiones, a ellos se les acondicionan calles, avenidas y todos los servicios para que no se quejen, debido a que los que no somos nadie, para alzar nuestra voz tenemos actuar de forma rijosa jugándole al filo de la de la daga, de lo contrario debemos aguantar la inseguridad, desempleo o empelo mal pagados, descalificaciones y muchas bajezas mas.
¿Cuándo tendremos un gobierno para todos? ¿Cuándo gozaremos de nuestros derechos y libertades? Las promesas se las lleva el viento, el viento se lleva las promesas, nosotros seguimos de pie aguantando todas las inclemencias del tiempo, con la gran fe que nos caracteriza a todos para ver si un día llegamos a la tierra prometida. ¿Qué no?
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