Mucho se ha hablado acerca de la tersa transición del gobierno federal y la cordial, por decir lo menos, relación entre el Presidente Peña y el electo López Obrador. La mayoría señala convicción democrática, pero a la luz de ciertos hechos parecería más bien que todo va más allá y que está más que planchado.
Para muestra el discurso de ambas partes acerca del entendimiento de comercio trilateral y de acuerdo bilateral de comercio entre Estados Unidos y México, que dejó en claro que ambos estaban de acuerdo en los términos, sin mostrar absolutamente ninguna diferencia.
Es cierto que Jesús Seade participó de las conversaciones como representante del Presidente electo, pero también es cierto que no lo hizo desde el principio y que además fue elogioso de lo conseguido.
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