Esta parte sería el circo, puesto que estas dos acciones presentan algunas inconsistencias que, tal vez no sean fatales, pero traerán consecuencias negativas para las finanzas públicas del estado.
Fue una compra directa, es decir, no hubo solicitud de aprobación al Congreso, por lo que tampoco hubo transparencia en la utilización de recursos públicos para la compra y renta de estas unidades.
Además, las cifras que presentó el ejecutivo estatal no ‘cuadran’ del todo bien. Mientras que él dice que cada patrulla costó 670 mil 600 pesos, al hacer la multiplicación por 50 el resultado es de 33 millones 530 mil pesos y no los más de 39 mdp que el gobernador manejó en su discurso. Algo muy similar sucede con los números de las unidades rentadas…
¿Mintió o fue un error de cálculo? Todo un circo, sin duda.
Después viene la maroma, que corrió a cargo del secretario de Gobierno, Eric Patrocinio Cisneros Burgos.
Un día después de que Cuitláhuac “aclarara” la compra de las patrullas, Patrocinio acudió a la Fiscalía General de la República a denunciar al fiscal de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz, por presuntamente participar en la constitución de delitos relacionados con la procuración y la administración de justicia. Es pocas palabras, por ayudar a que delincuentes no vayan presos, según Cisneros.
Y así es como llegamos al teatro, donde el tema central, que era la adquisición de las patrullas por parte del gobierno de Veracruz, ahora es la que pareciera ser una interminable lucha de poder entre los gobernantes y el fiscal.
‘Dimes’ y ‘diretes’ que no llegan a nada y que a los únicos a quienes perjudican, somos nosotros, los ciudadanos.
Espero que esto se acabe pronto. Que tanto nuestras autoridades como nuestras instituciones hagan a un lado el maldito interés político y que deje de ser prioridad por encima de la tranquilidad y el buen vivir de los veracruzanos.
Porque tan sólo al imaginar que los seis años de esta administración serán así, tal vez sólo queda resignarse y observar el gran espectáculo de violencia, sangre y política en el que se ha transformado este bello estado de Veracruz.
Y tú, ¿Kime cuentas?
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