APARTE, muy aparte, de todo lo que representa el momento de la crisis del mundo, en materia de salud, principalmente y en especial para nuestro país, no se entiende, todavía, cuál es la verdadera posición del gobierno federal y consecuentemente de los gobiernos estatales, de manera particular, aquellos que fueron emanados de Morena, y que representan, por lo tanto la tan traída y llevada cuarta transformación, en relación a la presencia de la pandemia del coronavirus.

Ya se va entrando, según los expertos, a la fase más delicada de la propagación del virus y el sector salud, aún no define con precisión las estrategias a seguir e incluso, el que supuestamente dirige al país, sigue manteniendo su política populista con la cual obtuvo buenos dividendos en las elecciones del dos mil dieciocho, queriendo, por lo tanto, repetir la receta en los procesos electorales que se avecinan.

Poco a poco se han ido instrumentando acciones, pero no debidamente concretadas, porque no había la preparación suficiente para enfrentar estos problemas de salud. La verdad de las cosas, es que esta enfermedad, tomó por sorpresa al gobierno federal, principalmente y no precisamente por desconocer el brote epidemiológico que venía de Oriente, sino por haber tomado las cosas a la ligera y no prevenir sus consecuencias.

Tenemos un mandatario que no le importa nada de lo que pueda pasarle al pueblo bueno y eso lo demuestra todos los días al expresar confianza en que las cosas no pasarán más allá de lo que se tiene previsto. Es más, como todo mundo sabe, desprecia las medidas de salud que se han impuesto, no porque las haya instrumentado él mismo, sino porque las mismas autoridades de salud, tanto a nivel federal como estatal y principalmente, la propia ciudadanía que se da cuenta de la magnitud del problema, las impone.

Se vio recientemente en Televisión, en el momento en que llega a la conferencia matutina, como hasta el Subsecretario de Salud, Hugo López Gatell, toma el gel antibacteriano, ofrecido por una de las edecanes y lo distribuye en sus manos, mientras que el propio Presidente, no lo acepta, despreciando el ofrecimiento y dando cuenta de la soberbia con la cual se conduce en sus respectivas actividades.

Por otro lado, muy a pesar de que se ha determinado suspender las labores no indispensables para la administración pública federal, López Obrador, ha hecho caso omiso de estas medidas y al contrario sale a las giras de trabajo y de promoción política, aprovechando este momento para protagonizar estos actos de intolerancia para una primera autoridad del país.

Entonces, ¿De qué se trata todo este asunto de la implementación de medidas preventivas para el pueblo en general, cuando el mismo mandatario nacional, no atiende, en lo más mínimo, estas propias instrucciones del sector Salud, que dependen, necesariamente, de su gobierno, demostrando siempre su altanería y su falta de conocimiento sobre la gravedad de las enfermedades que se generan, principalmente, en lo que se refiere a la presencia del Covid 19, el virus que se esparce por el mundo y que ya tiene presencia con varios casos en México.

Hasta dónde ha llegado la prepotencia y soberbia presidencial, que creyéndose verdaderamente Dios, está plenamente convencido de que la enfermedad que se propaga todo los días, no le hará nada a él, porque es el Mesías, porque es el salvador del mundo.

Sus propios colaboradores, no entienden como es posible que el Presidente, se encuentre actuando de esta manera, de tal suerte que ya se han dado algunos indicios de que tales autoridades que rodean al mandatario, prefieren realizar algunas acciones o medidas preventivas, antes que consultarlas al propio Jefe del Poder ejecutivo Federal, porque saben, de antemano que podrían no ser autorizadas o dejadas para último momento, ya que primero está la difusión política de su gobierno, sus acciones populistas, antes que atender las verdaderas necesidades de salud que están demandando todos los días los ciudadanos de este país.

Pero eso sí, no falta ni un día en que no le eche la culpa al pasado y hasta de asegurar que todos estos males que se están presentando en todo el territorio nacional, son responsabilidad de los gobiernos pasados, generando la risa y burla de un pueblo que ya no tiene como defenderse ni como remediar todo lo que está sucediendo, quedando, solamente, en el arrepentimiento de haber elegido a un hombre que, supuestamente, representaba el cambio y una nueva directriz de orden nacional.

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POR FIN, REAPARECION EL ALCALDE.

RESULTA QUE CON motivo de las medidas preventivas que se están tomando a nivel nacional, estatal y también dentro del orden municipal, reaparece el alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, para informar que se ha determinado suspender las actividades de los centros de diversión en Xalapa, como es el caso de los bares, cervecerías, antros y en algunos negocios más, sumándose a las instrucciones oficiales para evitar que el coronavirus, se pueda expandir por la ciudad y el municipio que gobierna.

De esta manera, el Presidente Municipal de Xalapa, se escucha nuevamente y qué bueno que lo hace en un momento importante de la vida pública de este municipio, cuando todos los ciudadanos se unen para enfrentar la pandemia que está ocupando la mayor atención de todos.

No se sabe, todavía, porque no lo aclara, sin la disposición ha contado con el consentimiento o anuencia de los prestadores de estos servicios o ha sido una instrucción unilateral de la autoridad municipal, porque hay consecuencias inmediatas para estos negocios y para muchas de las personas que forman parte de la actividad comercial, ya que no dice de qué manera el ayuntamiento va a colaborar con ellos, primero ofreciendo apoyos a los inversionistas de estos negocios y de manera especial a las personas que dejan de trabajar, porque en estos días que no tendrán ingresos, se verán en serias dificultades para poder vivir, sobre todo, en la subsistencia familiar que es uno de los grandes inconvenientes que se están presentando en este momento.

Sin embargo, su reaparición ante los ciudadanos de Xalapa, que no es lo mismo que estar en sus oficinas, significa que hay, por lo menos, interés en la salud de sus gobernados y eso, hay que admitirlo, es un acto de responsabilidad política y social.

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LOS PARTIDOS, RESPONSABLES.

SALVO MORENA, cuyos dirigentes en el Estado, se quisieron pasar de listos, organizando en plena contingencia nacional, encuentros políticos con muchos de sus militantes, las demás organizaciones políticas, están actuando responsablemente ante la presencia de un problema de salud de grandes proporciones como significa la presencia del coronavirus.

Hasta donde se sabe, han suspendido sus actividades políticas de grandes concentraciones de personas, con la finalidad de colaborar con las autoridades del sector salud, en la detención de este mal que amenaza, todos los días, con propagarse ampliamente, generando, sin duda alguna, una gran demanda médica en todo el Estado.

Convencidos de que es tiempo de esperar y no caer en la imprudencia del Presidente de la República, como de algunos de los dirigentes de Morena, como sucedió recientemente, en esta ciudad capital, de querer concentrar militantes de manera irresponsable, aprovechando los momentos de confusión que genera la pandemia del coronavirus.

Para su buena o mala suerte, solo algunos imprudentes, igual que ellos, acudieron a  la convocatoria, echando por tierra sus pretensiones políticas.

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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.

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