AUNQUE Marlon Ramírez Marín, dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, no descubre, de ninguna manera, el agua tibia, al considerar que el Partido político del Movimiento de Regeneración Nacional, busca instrumentar un fraude electoral en el año que viene, hay que darle, sin duda alguna, la razón, pues de acuerdo a los más recientes acontecimientos relacionados con la reforma electoral, todo indica que las acciones políticas de los morenos, tienen esta percepción, luego de que se sabe, que esta organización política tiene pocas posibilidades de seguir reteniendo el poder en Veracruz, debido a que no han logrado, hasta este momento, cumplir cabalmente con todas las expectativas de los veracruzanos, independientemente de las promesas que ofrecieron cumplir y que también, hasta la fecha, no hay nada concreto.
El asunto se centra, precisamente, en las reformas electorales, aprobadas recientemente y que tienden, descaradamente a proteger, primero, al Gobernador del Estado, blindándolo desde ahora para que no sea sometido a un proceso de revocación de mandato, sabiendo que lo perdería y tendría que dejar el puesto por mandato popular. Este es un riesgo que no quieren correr, porque a diferencia del Presidente de la República, que en todo caso podría sobrevivir a esta prueba, el gobernador del Estado, no tendría el mismo apoyo de los veracruzanos, quienes, se sabe bien, ya no le tienen ninguna confianza ni tampoco la plena seguridad de que si se queda, haría un mejor papel en los años que le quedaran frente el gobierno de la entidad veracruzana.
Pero fuera de esta consideración respecto a la revocación de mandato, viene lo que más preocupa a los partidos políticos y en especial al Partido Revolucionario Institucional, es decir, la desaparición de los consejos municipales electorales, que se convierten en punto clave para que los morenos puedan llevar a cabo sus propios manejos del voto, pues en principio, como bien lo señala Ramírez Marín, habría tiempo, durante el traslado de los paquetes electorales más lejanos, para cometer todas estas fechorías electorales, pues la vigilancia estaría del lado de los morenos, considerando que en estos momentos ninguna organización política ajena al partido en el poder, tendría posibilidades de evitarlo. Sería, en verdad, un verdadero fraude político electoral.
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Hasta ahora, los morenos, llevan mano, pues ya pudieron, sin ningún problema, aprobar dichas reformas, siendo las mismas ratificadas de manera sospechosa por una mayoría necesaria de los ayuntamientos veracruzanos, pues no se ha transparentado totalmente este procedimiento, dando lugar a diversas especulaciones que tampoco el mismo Congreso local, ha logrado contener, de tal manera, que la duda sigue persistiendo respecto de la aprobación de los ediles veracruzanos. Eso pasa cuando, como en este caso, Morena, tiene la mayoría en el congreso y dispone, además, de todos los recursos necesarios para poder instrumentar todas las acciones a su favor.
De cualquier manera, las reformas no han dejado satisfechos a nadie, ni a los partidos políticos, ni tampoco a la ciudadanía en general, por lo que tiene que ser combatida esta decisión a través de las controversias constitucionales, que por cierto, ya están en camino para que sea la propia Corte de Justicia de la nación, quien determine, primero, la constitucionalidad de los actos referidos y después, la serie de maniobras políticas que pretenden dañar la confianza de los votantes, además de seguir perjudicando el avance de la democracia en Veracruz.
Queda claro, tal y como lo percibe y denuncia el dirigente estatal del tricolor, Morena, preocupado por su posición dentro del ambiente político de Veracruz, busca mantener el poder al precio que sea, sin importar que viole principios constitucionales, afectando la vida democrática de la entidad.
Por lo pronto, los partidos políticos, ya iniciaron la defensa de sus intereses, los que en gran parte, son del mismo pueblo veracruzano, con la finalidad de procurar echar abajo estas reformas y darle sentido verdadero al proceso de cambio democrático en Veracruz.
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HOTEL XALAPA, ¿PENSION ESTUDIANTIL?
LA VERDAD DE LAS cosas, es que la administración estatal, debería pensar dos veces antes de llevar a cabo una nueva ocurrencia.
No es posible que ahora se haya pensado desmantelar, por parte del Instituto de Pensiones del Estado, de bienes tan importantes y hasta icónicos, en el caso de la ciudad de Xalapa, solo por la incapacidad para poder administrar el Hotel Xalapa, que desde hace más de veinte años ha venido siendo una empresa que ha dado resultados económicos al IPE.
Justo sería que este gobierno, decidiera mejor integrar una buena administración y poner a trabajar de la mejor manera a este Hotel, antes de perderlo, propiamente, con la decisión de dedicarlo a pensiones estudiantiles.
El Instituto de Pensiones del Estado, está a tiempo de evitar cometer uno más de los grandes errores dentro de sus propias funciones que tiene y bajo una administración estatal, que no le importa nada con el fin de terminar con lo que se ha hecho en el pasado, creyendo, como lo hace el Presidente de la República, que todo pasado fue peor.
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VERACRUZ, SE DESHACE EN MANOS DE CUITLAHUAC.
EN LUGAR DE BUSCAR evitar la prueba del proceso de revocación de mandato, cuyo temor se ha evidenciado con las reformas aprobadas recientemente por mayoría de su partido, el Gobernador del Estado, debería llevar a cabo el mayor de sus esfuerzos para lograr hacer de la entidad, un verdadero emporio de progreso.
Tiene, hasta donde se sabe, todos los recursos económicos necesarios, más los que procedan de los préstamos que está solicitando, para lograr un buen gobierno y trascender en la historia política de Veracruz.
Hasta el momento, Cuitláhuac García Jiménez, resulta ser el Gobernador peor evaluado de todos los que tienen esta misma responsabilidad en sus respectivas entidades, sin mencionar quién o quienes los gobiernan y menos los partidos que se encuentran en el poder de estas entidades.
Nadie entiende la razón del porqué hasta ahora el Estado de Veracruz, ha permanecido en la oscuridad, con tantos problemas que lo agobian y que hacen que se le esté deshaciendo en las propias manos de quien, supuestamente, lo gobierna.
Hay muchas cosas por hacer y para eso se tienen los recursos, como se ha comentado, para lograr dejar una huella positiva entre los veracruzanos, de tal manera que no tenga que recurrir a las maniobras inconstitucionales de borrar el proceso de revocación de mandato, cuando haciendo lo que tiene que hacer, esto no generaría el menor temor de ser despedido por incompetente.
García Jiménez, tiene todo a su favor. ¿Qué espera, pues, para ponerse a trabajar?
Dentro de pocos meses, se cumplirán los dos primeros años de gobierno, tiempo en el cual ha enfrentado la opinión generalizada de los veracruzanos, de que tiene que pedir licencia y retirarse dignamente de esta responsabilidad.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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