ANTES, durante y después de la reforma agraria, a ningún gobierno del país, incluyendo el presente de la llamada cuarta transformación, le ha interesado el campo y sus trabajadores. Prueba de ello es que a la fecha, los agricultores, los productores en general, los mismos ejidatarios y todos aquellos que tienen que ver directamente con la producción del campo mexicano, han sido apoyados para lograr, primero, la autoproducción alimentaria y procurar que haya excedentes para poder exportar a otros países.
Y es que, uno de los grandes fenómenos sociales, como es la migración, vino a convencer más a nuestros gobernantes de que no era factible la inversión en el campo mexicano, porque era más rentable que nuestros trabajadores mexicanos, cruzaran la frontera con los Estados Unidos, a costa de su propia vida, para trabajar en aquellas tierras y enviar a México, oportunamente, las remesas de dólares que siempre ha logrado fortalecer las finanzas nacionales.
En sentido, casi contrario, se prefirió aplicar la mayor parte de recursos a la producción petrolera con la finalidad de afianzar la economía basándose, precisamente, en los ingresos provenientes de la producción petrolera, lo que originó que los gobiernos petrolizaran la economía, a tal grado de que sin estos recursos, no era posible sustentar finanzas sanas. De esta manera, el campo se fue abandonando y hoy podemos ver en muchas entidades del país, como se desperdician grandes cantidades de hectáreas que no son productivas para una alimentación suficiente, pero dando la oportunidad a los grupos criminales de que pudieran tomar estas grandes extensiones para la siembra de plantas estupefacientes.
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Es claro, desde luego, que no todas las tierras cultivables se utilizan para estos menesteres, porque la producción de estas plantas, no pueden estar a la vista de todos, sino solamente en aquellas que por su gran dificultad de acceder a ellas, son propicias para estos cultivos.
En términos generales, para el gobierno mexicano, fue más fácil abandonar las tierras cultivables, negando toda posibilidad de retención de los hombres del campo, en edad de emigrar, sin aplicación de ninguna cantidad de recursos económicos, fomentando, de esta manera, la migración a los Estados Unidos, porque de esta manera, las remesas llegan sin tener que invertir en lo más mínimo, pero a un costo demasiado elevado, ya que con estas acciones del gobierno, se generaron diversos problemas sociales como fue, antes que nada, la disolución de los lazos familiares, rompiendo con la unidad familiar y consecuentemente el convivio de padres e hijos, dejando toda la responsabilidad en materia de educación familiar a las madres. De ahí que haya fracasado, en gran parte, la formación de los hijos, que aún llegando a las instituciones educativas, no logran enderezar correctamente su destino, cayendo, en gran medida, en las garras de la delincuencia en general. El mismo gobierno, ha sido responsable del aumento permanente de los índices de inseguridad en todo el territorio nacional.
Por ello, los gobiernos más recientes, a partir de la expropiación petrolera, han preferido invertir en esta industria, dejando el campo como segunda opción, aunque en la actualidad ha sido marginada totalmente, porque entraron en juego otras formas de ingresos de divisas como fue el turismo nacional e internacional.
Si el campo mexicano, fuera autosuficiente y generador, a la vez, de grandes exportaciones de alimentos, otra cosa sería para el pueblo mexicano, ya que en condiciones, como la que se está pasando en este momento, no sería tan caótica la crisis económica ni siquiera impactaría tanto en las finanzas familiares y del propio gobierno, ya que habría manera de que pudieran subsistir con los ingresos obtenidos. Al mismo tiempo se reduciría la brecha social que actualmente es muy marcada en todos los sectores sociales de México, principalmente en el campo, donde la pobreza es permanente y causante de grandes desigualdades nacionales.
La nula visión que han tenido y tienen los gobiernos federales, estatales y municipales, en relación con el campo mexicano, hacen correr el riesgo de que tarde o temprano, la producción se reduzca aún más y con un futuro incierto, sobre todo, en la posibilidad de que México, ya no sea, en unas cuántas décadas, un gran productor petrolero, porque las reservas se agotan y pudiera ser que como siempre ha sucedido en muchos casos, las necesidades agarren mal parado al gobierno mexicano.
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UN CIUDADANO DISTINGUIDO.
HACE ALGUNAS semanas corrió el rumor de que Francisco Berlín Valenzuela, pudiera ser uno de esos ciudadanos de Xalapa, que los partidos políticos necesitan para llevarlo como candidato a la Presidencia Municipal de Xalapa, sin descartar que también pudiera ser nominado a una diputación local y más tarde, porque no, hasta competir entre los grandes por la gubernatura del Estado.
Como todo mundo sabe, Berlín Valenzuela, es un hombre preparado jurídica y políticamente hablando, con una gran trayectoria dentro del quehacer público, por lo que sería una buena opción para las diversas organizaciones políticas que en estos momentos están en busca de personas con un gran perfil y llevarlos como candidatos a las diversas posiciones políticas que se estarán disputando en el próximo año.
Tanto a los partidos políticos de oposición, como al mismo partido político en el poder, les hace falta estas opciones, que desde luego, no son las únicas, sino que son las que en determinado momento pueden ser tomadas para los objetivos políticos que se requieren.
Seguramente, que Francisco Berlín Valenzuela, no se negaría a participar en la próxima contienda, porque es un hombre altamente sensible a las necesidades y preocupaciones de los habitantes de esta capital, que por cierto, ya están hasta el gorro con quien ahora dirigen los destinos administrativos y que no han hecho nada por hacer que, verdaderamente, florezca esta ciudad.
Con el paso del tiempo, seguramente que se aparecerán otros personajes de la vida pública y privada de esta capital, que quieran, de alguna manera, participar activamente en este proceso de un verdadero y real cambio en la capital del Estado.
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JUICIO POLITICO.
HACE POCO COMENTAMOS que las autoridades federales responsables de la salud, principalmente del propio Presidente de la República, tendrían que, finalmente, pedir perdón al pueblo mexicano, por no haber dispuesto de los mecanismos suficientes y sobre todo de buena voluntad, para evitar las muertes de miles de mexicanos que ya suman una escandalosa lista que se da a conocer todos los días.
Asimismo, por haber tomado a la ligera este problema de salud, donde el mismo Presidente, ha mostrado total desinterés, desde el principio, para proteger a la población e incitando, de alguna manera con sus acciones, a que el pueblo mexicano, no tome en serio las recomendaciones emitidas internacionalmente.
Todo esto constituyen elementos suficientes, no para que pidan perdón, sino para que sean sometidos a un juicio político por haber traicionado los principios fundamentales en la preservación de la salud de todos los mexicanos.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
NUESTRO CORREO: ac_stein58@live.com.mx
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