Antes que gobernar, para el Presidente, lo más importante es permanecer en campaña política, porque eso sabe hacer desde que surgió en el ámbito político local y nacional. No se le niega, de ninguna manera, su preocupación por la política, pero también es necesario que gobierne, porque hasta ahora, no se han dado señales de que el mandatario nacional, esté trabajando, verdaderamente, por todos los mexicanos.
De ahí que la lucha política sea su mero mole, por lo que en este momento habrá de intensificar su trabajo hacia este propósito. El Presidente, no ha sido ni siquiera cuidadoso con las formas y las limitantes que en materia electoral se imponen a través de las disposiciones legales y menos con las recomendaciones que puedan surgir desde el Instituto Nacional Electoral, pues para él no hay tiempos electorales, sino una permanente actividad política sin respetar a los demás partidos políticos. Desde el principio, la conferencia de prensa mañanera, debió ser cancelada por las autoridades electorales, puesto que en este espacio se dedica exclusivamente al ataque de las administraciones pasadas y a la publicidad política, pues el propósito de informar sobre la actividad presidencial y de su administración ha quedado al margen, haciendo lo que le viene en gana con la complacencia de este organismo.
Se espera que al iniciar el proceso electoral, que se tiene contemplado sea el siete de septiembre, se le prohíban las conferencias de prensa mañaneras, porque son espacios creados para el proselitismo político y con cargo a la administración pública.
Esta estrategia fue diseñada exclusivamente para mantener una campaña política con propósitos electorales, como en este caso, en que se aproximan las elecciones intermedias. Todos los esfuerzos presidenciales están enfocados a distraer a la población, haciéndole hincapié en los propósitos políticos de la cuarta transformación, los cuales no sido concretados por el lado que se le quiera ver, pues estar en el poder no es para gobernar, sino para aprisionados a los mexicanos dentro de un esquema de ideas propias de quien gobierna y que al parecer no tienen fundamento alguno.
Ya, en este momento, ya no importa, nunca ha importado, la salud de los mexicanos y las autoridades de la materia solo se limitan a dar cifras todos los días, pero no se informa de ninguna estrategia para resolver el problema. El Presidente, que debiera ser el más interesado en este problema, se ha deslindado del asunto y ha dejado que se mantenga la danza de los números en cada aparición del vocero Hugo López Gatell.
Así las cosas, es posible que a partir de este primero de septiembre, los mexicanos, tengan que enfrentar el bombardeo político electoral, con una voz, la única, a través de las mañaneras, si es que no se cancela, además de los constantes impactos que pueda causar la publicidad a través de los medios de comunicación.
Hasta ahora, las demás organizaciones políticas, se han quedado mudas ante el constante proselitismo político que se hace a través del Presidente, como si se tratara de un acompañamiento disimulado dentro de un común acuerdo político con beneficios personales y de grupo.
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EX PRESIDENTES, AMENAZADOS.
NO CABE LA MENOR duda de que México, está viviendo una etapa difícil en materia política. Cada día que pasa se advierten signos de un gobierno absolutista y dictatorial, pues ya no se respetan a las instituciones y se pasa por encima del sistema jurídico establecido.
Esto viene a colación por la decisión personal del Presidente de la República, para enjuiciar a los ex Presidentes de la República, pasándose por el arco del triunfo a las autoridades judiciales y a las instituciones que les corresponde aplicar las leyes, dentro de un estado de derecho debidamente establecido.
Pero lo peor del caso es que el Presidente de la República, está buscando lavarse las manos, al proponer que sea el pueblo quien decida, en forma definitiva, sí quiere que se juzgue a los ex Presidentes, o no. Esto es jugar peligrosamente, porque se está llevando al pueblo a que tome la justicia por sus propias manos, cuando existen las leyes adecuadas para que se castigue a quien haya cometido un delito, siempre y cuando existan los elementos necesarios para formular una acusación y que ésta sea avalada por un juez competente, quien decidirá si gira o no la orden de aprehensión, la cual, en todo caso sería ejecutada por la propia Fiscalía General de la República.
No es, de la misma manera, el propio pueblo mexicano, a través de una consulta, si quiere o no que se juzgue a los ex mandatarios, pues sí existen delitos cometidos por quienes gobernaron el país anteriormente, la justicia debe ir tras ellos, porque suponiendo que el pueblo no quiera, entonces se estaría alimentando la impunidad que nos llevaría, finalmente, a un estado fallido en materia de derecho.
Este es un grave error que debe analizar profundamente el Presidente, antes de poner en práctica esta parte del populismo, ya que estaría llamando al pueblo a cometer actos puros de linchamiento.
Alguien debe parar al Presidente, o cuando menos hacerle ver que no es el camino correcto el que pretende poner en ejecución, independientemente de que los ex Presidentes, sean culpables o no de la comisión de un delito, además de que éste no se encuentre ya prescrito.
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FUTURAS ELECCIONES, EN RIESGO.
SOLAMENTE FALTA que el Instituto Nacional Electoral, sea sometido, definitivamente, por el poder mal entendido de este país, actuando conforme lo dicte el amo y señor de este pueblo.
Ya se han tenido algunas incursiones, donde esta institución garante de la democracia en México, ha demostrado valor para enfrentarse al poder nacional, sin dejar que se vulnere su propia autonomía.
Sin embargo, los embates siguen a la orden del día y es posible, que de aquí hasta el momento mismo en que se lleven a cabo las elecciones, haya intromisiones de quien manda a nivel nacional, para desestabilizar a la institución y obligarla a cumplir con sus propios intereses, acatando sus disposiciones y matando, de una buena vez, con las mejores intenciones de que México, llegue a ser un país altamente democrático.
Quien posee el poder en este momento, quiere ganar las elecciones a como dé lugar, arrasando con instituciones, con personas y pueblo en general, imponiendo un gobierno definitivamente dictatorial.
Definitivamente, las elecciones del año que viene, están en inminente riesgo.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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